La tensión no ha cedido. Después de que denunciara la violacion de su espacio aéreo, Polonia anunció el refuerzo de su vigilancia por el riesgo creciente de provocaciones rusas y bielorrusas en su frontera oriental.
“Rusia y Bielorrusia incrementan su presión en la frontera, intensificando el número de sus provocaciones y debemos tener conciencia de que eso aumentará”, dijo a la prensa el primer ministro Mateusz Morawiecki.
“Estas operaciones buscan desestabilizar, sembrar dudas, caos, incertidumbre y al mismo tiempo demostrar la debilidad del flanco oriental de la OTAN a todos nuestros aliados” en el marco de la Alianza atlántica, dijo por su parte el jefe de gobierno polaco, quien recibió el jueves en Suwalki (noreste), al presidente lituano, Gitanas Nauseda.
Los temores de que los soldados usen sus armas ante lo que consideren una provocación son mayores, y la ayuda bielorrusa al gobierno de Vladímir Putin aumenta la amenaza. El martes por la mañana, dos helicópteros bielorrusos penetraron unos kilómetros al interior de Polonia.
El ministerio bielorruso de Defensa respondió que esas acusaciones fueron formuladas para “justificar de nuevo el aumento de los efectivos de las fuerzas y medios cerca de la frontera bielorrusa”.
A esta ecuación se suma la presencia de los miembros del Grupo Wagner. Anteriormente parte del cuerpo armado de Rusia para atacar territorio ucraniano, desde su intento fallido de rebelión fueron desterrados a Bielorrusia, donde se presume que serán desplegados en una delgada franja de tierra entre Polonia y Lituania, conocida como la brecha o corredor de Suwalki.
Se trata de una región fronteriza une el enclave ruso de Kaliningrado con Bielorrusia y es la única conexión terrestre entre los estados bálticos y el resto de la Unión Europea.
Anteriormente, Rusia había utilizado territorio bielorruso para iniciar la invasión a Ucrania en febrero del 2022, por lo que se teme que vuelva a recurrir a esta estrategia para intensificar su ofensiva.
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