Tras contrarrestarse una manifestación de profesores y servidores públicos de Curitiba, capital del estado de Paraná, el gobernador Alberto Richa se encuentra en el ojo del huracán al ser considerado, en Brasil, como “un represor”.
En los hechos registrados fuera de la Asamblea Legislativa, la Policía Militar utilizó bombas de gas pmienta y lacrimógeno, balas de goma y agua así como perros entrenados para dispersar durante más de una hora y media a los manifestantes, en su mayoría profesores.
La oficina del alcalde de la capital (no alineada con el partido del gobernador, el PSDB) declaró estado de emergencia y movilizó el sistema de salud para atender a los 45 heridos; mientras que la Orden de los Abogados de Brasil está colaborandoo en la parte jurídica con los sindicatos y movimientos sociales, debido a la gran cantidad de manifestantes presos.
Previo a los actos, 17 policías fueron detenidos, por orden del gobernador, al negarse a participar en la dispersión de los trabajadores, concentrados desde el lunes en el Centro Cívico de Curitiba para impedir que se promuevan cambios en las reglas de jubilación.
En el momento de los incidentes, la Asamblea Legislativa regional debatía enmiendas a un proyecto de ley enviado por el gobernador de Paraná que es rechazado por los sindicatos de los profesores universitarios, de educación primaria y secundaria.
(Con información de El País de Uruguay)