Un estudio sobre competencias de debate encontró que las personas se convencen a sí mismas de las posiciones que deben defender, aun cuando estas se les hayan asignado aleatoriamente, lo que contribuye de manera significativa a la generación y el mantenimiento de la polarización y los desacuerdos en temas políticos.
“Los políticos están en el negocio de la persuasión”, asegura Peter Schwardmann, de la Carnegie Mellon University y coautor de un estudio (reportado en la revista American Economic Review) que utilizó datos de cuatro competencias de debate con más de 400 participantes de 58 países para ver la relevancia de la auto-persuasión.
En la mecánica de las competencias, a cada equipo se le presentaba un tema, se le asignaba de manera aleatoria si le tocaba defender u oponerse al mismo y los equipos tuvieron 15 minutos para preparar sus defensas, lo que no les daba tiempo para investigar. Además, se hicieron tres encuestas a los participantes: una antes del evento, otra antes de cada debate y una más al final de cada debate.
“Descubrimos que los debates competitivos conducen a la polarización, porque las personas se convencen a sí mismas de que su lado tiene razón, incluso antes de que comience el debate”, dijo en un comunicado de prensa Joël van der Weele, investigador de la Universidad de Ámsterdam y coautor del estudio.
“Nos gusta pensar que somos personas racionales que basamos (nuestras) opiniones en hechos”, agrega el investigador, pero la facilidad con la que cambiamos estas opiniones debería llevarnos a cuestionarlas mucho más, “o simplemente a tomarlas menos en serio”, agrega.