Desde el inicio de mi gestión al frente de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) puse especial atención al enfoque preventivo enfatizando más en la calidad de la fiscalización, que en la cantidad de auditorías a practicar. Recuperar recursos y sancionar con rigor y oportunidad a quienes se tenga que castigar por incumplir la normatividad, son consecuencia de la detección de irregularidades que como facultad le corresponde a la ASF en el combate a la corrupción; ya que ésta, así como la impunidad, son nuestros principales obstáculos, pues
la falta de castigo para quienes han violado la Ley, genera un incentivo perverso para para seguirla violando, afectando a las instituciones y seguir lucrando con los recursos públicos que son de los ciudadanos.
La ASF es el organismo garante de la hacienda pública, de ahí nuestra intervención en los recientes sucesos, salvaguardamos a la misma. De ahí la importancia de nuestra participación como coadyuvantes de la Fiscalía General de la República, con quien hemos logrado una coordinación sin precedente.
En ese sentido, la creación de la Guardia Nacional, a través de un intenso trabajo legislativo implica un proceso de transferencia de recursos de la policía federal, que desaparecerá para transformarse en Guardia Nacional. De ahí que, con la nueva visión de la ASF, de ser una institución, más orientada la prevención, pero haciendo mejores auditorias, recuperar recursos desviados y en los casos que lo ameriten llegar a la denuncia de hechos.
Por ello se acaba de instalar una mesa de trabajo con la Secretaría de Seguridad Pública, para dar seguimiento al proceso de transición y evitar cualquier desviación normativa o práctica indebida en el manejo de los recursos públicos. Esta tiene un enfoque preventivo, por lo que la ASF seguirá el proceso de transferencia en materia de recursos por parte de la Policía Federal, la Sedena y la Secretaría de Marina a la Guardia Nacional, lo cual formará parte de nuestro primer informe de resultados de la cuenta pública 2019.
La Guardia Nacional no será otra policía federal, sino una Policía Nacional que tendrá atribuciones en todo el territorio del país y en todas las materias de seguridad, fortalecidas con los convenios que establecerán con los gobiernos estatales y municipales, lo cual permitirá reforzar a aquellos estados y municipios en condiciones más desfavorables.
Para ello, es clave el fortalecimiento técnico, operativo y financiero de las instituciones de seguridad pública en todos sus ámbitos. El proceso de transferencia debe garantizar que los ajustes no reduzcan el desempeño de las funciones que actualmente se realizan en la materia. Por otra parte, en la revisión en proceso a la cuenta pública 2018, se incluyó la fiscalización en los aspectos técnicos del sistema de explotación de la información de inteligencia.
Este tipo de tareas preventivas de apoyo al desarrollo de mejores políticas públicos e incluso de política económica, es una tarea reforzada de la Auditoría Superior, en los ámbitos federal y estatal. Esto se realiza ya en otras materias, como en temas de la desaparición del Seguro Popular y su transferencia al nuevo Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, un tema que hoy preocupa a los estados y que está en vías de resolverse previniendo futuras violaciones a la Ley o la pérdida de recursos de salud para los más pobres de los pobres.
Es una fortaleza de las auditorías de desempeño, que mide el impacto social de las políticas públicas, así como del trabajo de nuestro centro de investigación.
Por otra parte, se está trabajando en propuestas de carácter legal que fortalezcan el desempeño institucional y el carácter nacional de la fiscalización a través de un proceso de federalización de los entes estatales, ajenas a las cuestiones políticas que limitan sus alcances.