El mundo debería ser un lugar seguro por la democracia.
Woodrow Wilson (1856-1924) Político y jurista norteamericano.
Ya son 61 años del embargo económico impuesto por Estados Unidos a Cuba. John F. Kennedy, impuso dicho bloqueo, por el acercamiento de Fidel Castro con la entonces Unión Soviética, enemigo estadounidense durante la llamada Guerra Fría.
El bloqueo se mantuvo hasta 1992 cuando el gobierno del demócrata Bill Clinton, endureció las restricciones y prácticamente prohibió hacer negocios de todo tipo con Cuba. Además, limitó su acceso a dólares en el mercado extranjero a través de la llamada Ley Helms-Burton.
Con los republicanos, en 1999, George Bush, impuso restricciones a sus exportaciones de medicamentos a la isla, y entre 2099 y 2017, durante el gobierno del demócrata Barack Obama, se restablecieron las relaciones diplomáticas y se permitieron los viajes a la isla. Peor, con Donald Trump, regresaron las sanciones.
En las masivas protestas de julio del año pasado en varias ciudades de Cuba en las que se exigieron comida y medicinas, pero también “libertad” y el “fin de la dictadura”, el gobierno de Miguel Díaz-Canel apuntó hacia el embargo estadounidense como la raíz de los males que aquejan a la isla.
Pide que se eliminen 243 normas de bloqueos, lo que en realidad corresponde a un 12% de las exportaciones de ese país, que sumaron a 2020, casi 2 mil millones de euros. Casi nada.
De 2001 a 2020, el valor total de las exportaciones de Estados Unidos a Cuba en productos agrícolas, alimentos, medicinas y suministros médicos ascendió a 6.3 mil millones de dólares. Esto denota que le venden mercancías a los cubanos, a pesar del cerco.
Hay formas de evadir el bloqueo estadounidense. Esto lo sabe perfectamente el gobierno de Díaz-Canel, pero quieren mantener la imagen de menesterosos del continente. Empresas inglesas, francesas e incluso México, comercia con Cuba.
Pero ante el fracaso económico cubano, debido a su insistencia de mantener el control sobre los medios de producción (el socialismo que incluso abandonó China y ahora es una potencia económica), no generan condiciones de confianza entre los inversionistas. Sólo impulsaron el turismo y la prostitución de sus ciudadanos. Regresaron a la Cuba de Batista, donde el gobierno es el que absorbe los dólares derivados de la venta de los favores sexuales a extranjeros. Ese es el motivo por el cual, a estos, los califican de “jineteras” o “jineteros”. El jinete principal es el gobierno cubano, desde la época de Fidel Castro. Se quedan con los dólares que generan sus trabajadores sexuales.
En fin, el bloque estadounidense necesita de economistas, abogados y estrategas en producción. No se necesitan de políticos o militares, que solo viven en la opulencia cubana.
Todo lo demás, es el romanticismo juvenil de los viejos socialistas que todavía veneran la “revolución socialista” en occidente.
Cuba podría vivir mucho mejor si abandonara su “revolución”. Ya no es producto de exportación y su socialismo ha demostrado que es el resultado de una casta de potentados que viven como reyes y un pueblo sumido en la irracional pobre.
Los cubanos son gente de trabajo, con enorme talento y ánimo. Desafortunadamente, su gobierno es incompetente y, producto de ello, los hace vivir en la miseria. Esos líderes, con acciones audaces y lejos de los hermanos Castro (Raúl todavía vive), podrían sacar de la miseria a 15 millones de cubanos.
Ese no es el ejemplo que México necesita, como lo planteó el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
Querer imponer un sistema como el cubano, el venezolano, el nicaragüense, el boliviano, entre otros fracasos de remedos socialistas, simplemente es sentenciar a 130 millones de mexicanos al ostracismo.
Tener al gobierno de Cuba como amigo es hasta sano; tenerlo como ejemplo a seguir, es una locura antidemocrática.
Ah, y como mera observación, Estados Unidos, aunque Joe Biden quisiera eliminar el bloqueo, como lo hizo Obama, es materialmente imposible, ya que el entramado de leyes, que vienen de principios del siglo pasado, lo impiden. Hacer los cambios, se necesitarían años de discusiones en el Congreso en Washington.
PODEROSOS CABALLEROS
NI PISTAS SOBRE ASESINO DE PERIODISTA EN SINALOA
Los analistas políticos en Sinaloa ven que cada inicio de sexenio estatal un periodista de relevancia es asesinado. Con Mario López Valdés (Malova), del PRD, fue acribillado en las calles de Culiacán, al director del medio RíoDoce, Javier Valdés Cárdenas. Hace 6 años. Ahora, con Rubén Rocha Moya, asesinan al columnista de El Debate, Luis Enrique Ramírez. Ambos, habían anunciado su asesinato y ambos parecen como “señales” a los gobernantes estatales en turno. Lo más grave de todo, es que detienen a los criminales materiales y nunca aparece el asesino intelectual. Con resignación, aunque no sin preocupación, se ve a esa entidad como un caso insalvable de violencia e impunidad.
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