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La crisis del sistema penitenciario mexicano persiste y el Poder Judicial Federal es uno de los responsables. Los amparos otorgados por jueces a reos para impedir su traslado a espacios adecuados, aumentan las probabilidades de autogobierno, hacinamiento, sobrepoblación, riñas y motines hasta llegar a un “estado de riesgo”.
Lejos de cumplirse con la ley, aseveró Ruth Villanueva Castilleja, tercera visitadora general de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), “el sistema penitenciario hace un traslado y el juez otorga un amparo y regresa al interno al centro o lo envía a otro. Y es algo que se tiene que trabajar de la mano del Poder Judicial, que ya tiene una parte muy importante de trabajo armónico a desarrollar con el sistema penitenciario. Se tiene que trabajar intensamente para que se llegue a una debida clasificación tomando a consideración lo que establece la Constitución y todos los criterios internacionales”.
Para ello los jueces tienen que involucrarse de manera directa para observar que los traslados se efectúen como lo ordena la norma, sin que el director de un penal reciba a un interno que debe ser trasladado para evitar la sobrepoblación de los centros. “Esta numerología la tiene que conocer el juez porque ya estamos entrando en un estado de riesgo”, explicó.
Es de interés Incubadoras del crimen
Para la especialista, quien presentó el pasado 8 de junio el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016 de la CNDH en el que todos los centros de reclusión del país tuvieron observaciones, la clasificación de los presos es el tema central, que no es competencia del sistema penitenciario, sino de los jueces responsables de determinar si un reo debe estar en un centro federal o local.
“La Constitución señala no una clasificación (de reos) por fueros, sino por hombres y mujeres, por procesados y sentenciados. Desgraciadamente ha habido una muy mala interpretación señalándose que los internos del fuero federal tienen que estar en centros federales. Eso no lo dice la Constitución, y lejos de eso, la ley dice que tienen que estar en el lugar más cercano a su domicilio, y marca una excepción con aquellos que son acusados por delincuencia organizada”, precisó la visitadora de la CNDH.
Penales ineficaces
Para la visitadora de la CNDH mientras prevalezcan las condiciones de corrupción y malas prácticas en cuanto a la clasificación de los reclusos, las problemáticas para consolidar un eficaz sistema penitenciario que garantice la reinserción social está lejana.
“Los internos no reciben educación, capacitación para el trabajo, trabajo, deporte, y el derecho a la protección de la salud es muy deficiente. Podemos tener una escuela y unos hospitales muy bien puestos, pero si no hay médicos ni maestros pues ese hospital o esa escuela no sirven. Esta es la problemática de los centros federales”, manifestó Villanueva.
¿A qué se debe?, se le preguntó.
“Tiene que trabajarse mucho para hacer mayores convocatorias, mayores cursos de inducción, para que la gente que llegue tenga el perfil y la vocación. Hay personal que llega, pero cuando dan cuenta de su trabajo cotidiano resulta que no era lo que él quería o lo que esperaba (...) se tiene que trabajar bastante para captar al personal, poderlo capacitar, poderlo profesionalizar, y que haya una carrera, una verdadera profesionalización”.
Para Villanueva Castilleja “el tema no es hacer más penales, el tema es partir de un sistema de justicia penal que inicia desde la prevención, y la prevención social no significa tener más patrullas, sino que haya más oportunidades en la vida en libertad, más educación, mayor seguridad social, más trabajo, y que la personas que lleguen a prisiones sean quienes tengan que llegar”.
Penales modelo
Para lograr tener prisiones adecuadas se deben armonizar tres ejes:
•Una normatividad adecuada. Existe una ley nacional de ejecución penal que es muy nueva, pero que no ha logrado contar con sus reglamentos.
•Personal suficiente. Hay gran deficiencia de personal en las prisiones, porque en muchos casos es improvisado y/o presenta condiciones de corrupción.
•Infraestructura adecuada. Las instalaciones no son adecuadas, porque son viejas y con muchas carencias.