Los bebés de madres que enfrentan desventajas sociales suelen nacer con cerebros más pequeños que los bebés cuyas madres con ingresos familiares más altos, de acuerdo con un estudio que se publica hoy en el Journal of the American Medical Association.
Por medio de resonancias magnéticas, se encontró que el menor volumen era característico de todo el cerebro, incluida la materia gris de la corteza y la materia blanca.
Además, en los escáneres cerebrales se encontraron evidencias de menos plegamiento de la corteza cerebral, lo que se suele interpretar como inmadurez cortical.
Otro estudio hecho con datos de la misma muestra de 399 madres y sus bebés, publicado en Biological Psychiatry, detectó que las madres embarazadas de vecindarios con altas tasas de criminalidad dieron a luz bebés cuyos cerebros funcionaron de manera diferente durante sus primeras semanas que los de bebés nacidos de madres que viven en barrios más seguros. Estas diferencias se detectaron en las estructuras cerebrales que procesan, regulan y controlan las emociones.
