Lejos de Palacio Nacional, la austeridad republicana y la pobreza franciscana parecen no alcanzar a José Ramón López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien una vez más echó gala de su lujosa vida.
El hijo del presidente – el mismo de la Casa Gris – decidió acudir a un juego de playoffs de la MLB entre los Astros de Houston y los Yankees de Nueva York, cuya entrada más barata rondaba los tres mil pesos.
Desde el costo por los tickets comenzaron las críticas a José Ramón por no seguir el ejemplo de la pobreza franciscana; pero las entradas eran lo menos costoso de esa tarde.
Diversos usuarios se dedicaron a sumar el costo del outfit con el que José Ramón fue al estadio Minute Maid Park, en Texas.
Entre cinco y ocho mil pesos por sus tenis Adidas Campus 80s South Park “Towelie”, otros dos mil ochocientos por el jersey azul marino; pero lo que se llevó la noche fue el reloj Rolex, valuado en ocho mil 550 dólares, es decir, unos 171 mil pesos mexicanos.
Esta no es la primera ocasión en la que se abre a debate la lujosa vida de los hijos del presidente López Obrador, pues desde el más pequeño hasta el mayor han dejado ver que la pobreza franciscana no aplica para ellos.
Apenas en el mes de agosto Jesús Ernesto López Gutiérrez voló a Londres, pero lejos del motivo del viaje, lo que llamó la atención fueron sus lujosos tenis con un precio superior a los 16 mil pesos.
Pero no son los únicos hijos del mandatario nacional que están en la mira de la opinión pública, Andrés y Gonzalo López Beltrán, son señalados por sus posibles “influencias” dentro del gobierno federal.
Al menos 10 compañeros de estudios de los hermanos López Beltrán trabajan en la administración pública federal, reveló ejecentral; desde el Servicio de Administración Tributaria, pasando por Hacienda y Educación Pública.
Ni la pobreza franciscana, ni la promesa para acabar con el influyentismo parecen alcanzar a los hijos del presidente de México.
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