Bajo la premisa de que “los gobiernos neoliberales” descentralizaron el sistema de salud previo y de que la competencia entre actores públicos y privados no mejoró la calidad de los servicios ni bajó los costos, la administración de Andrés Manuel López Obrador presentó hoy el Programa Sectorial de Salud 2019-2024 (PSS), que, con cinco objetivos prioritarios, contempla una remodelación casi total del sector.
En la remodelación se incluye, por ejemplo, al sistema de vigilancia epidemiológica, a pesar de que durante lo que ha durado la pandemia de Covid-19 se comentó que funcionaba bien, y la forma de financiar la atención de la salud, cambiando el Fideicomiso de Protección Social en Salud, que sustentaba al Seguro Popular por el Fondo de Salud para el Bienestar.
Para delinear sus objetivos, el PSS se atiene a los principios del Plan Nacional de Desarrollo (PND), publicado el 12 de julio de 2019 (lo que daba hasta el 12 de enero de este año para la publicación de PSS): “No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie afuera”, “por el bien de todos, primero los pobres” y “honradez y honestidad”.
Los objetivos
El primer objetivo prioritario del PSS corresponde “al acceso efectivo, universal y gratuito a la salud… (con) un andamiaje inclusivo, intercultural y con enfoque diferenciado”.
Para llevarlo a cabo habrá “promotoras y promotores de la salud, originarios de las propias comunidades y que dispongan de la capacitación adecuada”. Se estima que “se requerirán de, aproximadamente, 16 mil personas en todo el territorio nacional”.
El segundo objetivo prioritario es “incrementar la calidad en los servicios, particularmente, para las poblaciones con alta y muy alta marginación”. Se espera que con el fortalecimiento y reorganización del primer nivel de atención se resolverá “del 80 al 85% de la problemática de salud con la prevención y atención”.
Destaca que se impulsará una reducción en la prescripción de medicamentos bajo el principio de que “no toda consulta médica debe terminar con una receta”, en palabras del subsecretario Hugo López-Gatell, quien presentó el PSS.
›El tercer objetivo “se orienta al fortalecimiento y ampliación de capacidades de los servicios en el Sistema Nacional de Salud”. Para su consecución, se considera que “la infraestructura y contratación del personal se relacionan con mecanismos que, históricamente, han sido proclives a la corrupción”. Los criterios de prioridad se establecerán “conforme a las necesidades de las regiones con alta y muy alta marginación o en donde habite población históricamente discriminada”, y con base en tecnologías de información y comunicación en un “Centro de Inteligencia en Salud”.
En el cuarto objetivo prioritario “Garantizar la eficacia de estrategias, programas y acciones de salud pública”, se explica que la jurisdicción sanitaria, que debería coordinar las actividades de los centros de salud, así como la promoción y prevención de la salud y la vigilancia epidemiológica, “actualmente está reducida a una instancia burocrática sin mayor impacto”.
El quinto objetivo tiene como propósito la atención de los problemas predominantes de salud pública, como las enfermedades no transmisibles, la salud sexual y reproductiva, la salud mental y las adicciones.
Salvo por algunos números sobre la transmisión del VIH y el SIDA en el cuarto objetivo, la explicación del quinto objetivo es la única que se sustenta con datos duros, sobre todo en el caso de la obesidad (dejando de lado otras enfermedades no transmisibles) y la drogadicción.
Esto no sucede en el tema de la salud mental, a pesar de que en los últimos años la Organización Mundial de la Salud ha destacado a México en los primeros lugares a nivel mundial en la prevalencia de condiciones como depresión, la ansiedad y el estrés laboral y de que estas condiciones se agravaron con la pandemia.
Por otra parte, “se contempla la reorganización de funciones de la COFEPRIS (Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios), para enfocar sus atribuciones y centrarlas en medicamentos, dispositivos médicos, alimentos y bebidas alcohólicas y no alcohólicas y así convertirla en una institución científica, tecnológica y humanista”, aunque todas las mencionadas (y otras) ya se encuentran entre las funciones de ese organismo.
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