Sin lugar a duda, los tiempos que vivimos parecerían sacados de la ciencia ficción. Aún así, es una realidad para la cual no estábamos preparados, pero que la vivimos cotidianamente adaptando nuestros hábitos y de la cual veremos repercusiones que crearán una nueva manera de vivir una vez que se termine la pandemia.
¿Cómo se ve el futuro el día después? En lo personal he reflexionado mucho sobre el tema. Como en todo, siempre cuando hay una crisis, también existe una oportunidad para innovar y ser creativo. El mundo como lo conocíamos antes de la pandemia estoy segura cambiará. Aún cuando salgamos de casa, tendremos que mantener los protocolos de higiene y distanciamiento social que hemos aprendido, hasta en tanto no exista una cura.
El mundo del trabajo, del diseño de espacios, nuestros hábitos de consumo, nuestros viajes y hasta los servicios que nos proveen cambiarán, es más ya están cambiando el día de hoy.
Por ejemplo, ¿qué pasará con las oficinas cuando termine la pandemia? Sin duda tendrán que evolucionar. Para muchas empresas es evidente la reducción de costos que implica no tener que pagar los espacios de oficina. Por lo mismo, no me sorprendería que las oficinas reduzcan su tamaño e introduzcan políticas permanentes de trabajo en casa. Adicionalmente, el flujo de personal cambiará. Es evidente que no todos podrán regresar al mismo tiempo, ¿se tendrán que escalonar los horarios del personal o habrá unos que se quedarán permanentemente en casa? Además el diseño de las oficinas cambiará. Puedo asegurar que le diremos adiós a las oficinas en las que todos están juntos como en caballerizas, así como a los lugares atiborrados de artículos personales que hacen imposible su limpieza. ¿Estaremos hablando de un nueva tendencia inspirada en el minimalismo higiénico?
Para los que trabajan desde casa, también habrán cambios, sobre todo cuando sea un arreglo permanente. La casa se tendrá que adecuar para ofrecer un espacio de trabajo, pero también tendremos que aprender nuevos hábitos como individuos para separar el trabajo del tiempo personal. Hoy parecería que todos estamos trabajando más. La línea es gris, por lo que ya no es como si apagas la computadora y te vas a casa. ¿Qué tipo de nuevas rutinas tendremos que implementar para separar trabajo de nuestro tiempo personal? ¿Cuáles serán las conversaciones y límites que tendremos que tener con nuestros empleadores cuando nos pidan que sigamos trabajando desde casa? ¿Será que ya en un futuro paguen nuestro internet las oficinas y además tengamos que tener mayores medidas de ciberseguridad en nuestra casa? Pensando en el diseño de espacios, ¿será que ahora aún en el departamento más chico, una cosa obligada será tener un espacio de oficina, más que áreas comunes con servicios comunes? Sin duda, iremos de lo comunitario a lo individual.
Además, esta pandemia, estoy segura, también ha tenido un impacto sobre nuestros hábitos de consumo. ¿Qué tan importante es tener algo de ultima moda cuando no sales de casa y que tanto lo será cuando salgamos de casa? En lo personal, creo que todos hoy estamos recurriendo a ponernos ropa cómoda, ¿será que estemos dispuesto a gastar en cosas que no son cómodas o fáciles de lavar? ¿Necesitamos un auto si ya no salimos?
De viajes, ni pensar que va a pasar con la industria turística. La gran pregunta es cuando se reactivará, pero además hay industrias que se que seguramente no serán igual. Por ejemplo, viendo los contagios y días en alta mar qué pasó la gente, sobre todo de la tercera edad, ¿alguien querrá viajar en crucero después de la pandemia? ¿Cómo cambiarán los aeropuertos, aviones, hoteles? Seguramente todos deberán rediseñarse para este nuevo minimalismo higiénico.
Como sociedad hemos cambiado, hoy desconfiamos de la proximidad con otros individuos. La pandemia nos ha obligado a ya no ir a sucursales bancarias y optar por banca en línea. Cuando tenemos que firmar algo o acercarnos a otra persona, preferimos pagos sin tener contacto con el otro individuo. Las empresas que en su momento invirtieron en grandes centros de servicio, hoy están teniendo que brindar estos servicios a través de llamadas telefónicas. Antes, para muchos era un paseo ir al supermercado, hoy vamos con cautela sabiendo que es un lugar en donde podríamos contagiarnos. Usamos servicios de entrega a domicilio o compramos directamente de una plataforma para evitar el contagio. Para muchos el ir al gimnasio era obligado, hoy en casa estamos aprendiendo a tener nuestras rutinas a través de clases en línea. ¿Podremos correr en una caminadora con tranquilidad sin miedo de estar demasiado cerca a la otra persona en la caminadora contigua? Todo está migrando. Hasta las consultas médicas hoy son virtuales.
Así, a pesar de estar en una pausa, estamos también como sociedad evolucionando. Por lo mismo, es fundamental que cada negocio e individuo se pregunte ¿y con esto, como voy a evolucionar yo también? Sin lugar a duda, en estos días de quedarnos en casa, valdría la pena también ponernos a pensar como va a cambiar nuestra vida hacia adelante. Me encantaría saber tu que crees que va a cambiar hacia adelante. Deja un comentario al final del artículo por favor o mándame un mensaje a mi cuenta de instagram @anasaldana.
Espero que tengas un buen día y recuerda; ¡hay que buscar el sabor de la vida!