Luego de que se publicó que Humberto Santos Ramírez participaba de un grupo de WhatsApp de contenido sexual junto con políticos y funcionarios de la Sierra Norte de Oaxaca, un grupo de mujeres pidió su renuncia a la candidatura por Morena a una diputación local.
Un gran número de colectivas y organizaciones feministas, así como mujeres de varias regiones de Oaxaca enviaron una carta a las autoridades del partido Morena a nivel local y nacional para pedir que anulen la candidatura de Santos Ramírez.
En la carta explican que el candidato creó el grupo para compartir contenido sexual, además invitaba a los participantes del chat a compartir videos y fotografías de mujeres de la región, en su mayoría indígenas. Los documentos gráficos eran tomados sin su consentimiento.
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La carta, dirigida a la secretaría general a nivel nacional de Morena, Citlalli Hernández, la Comisión de Honor y Justicia de ese partido y la dirigencia en Oaxaca, refiere que una de las mujeres presentó una denuncia ante la Fiscalía General del Estado de Oaxaca contra Rolando Vásquez Péres, en ese momento funcionario del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) por ser responsable de subir su foto al grupo llamado “Sierra XXX”.
El INPI destituyó a este funcionario por las pruebas en su contra.
Si bien, no todas las afectadas quisieron poner una denuncia, se interpuso una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y se hizo del conocimiento de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH).
“Ahora, vemos con asombro e indignación que el creador del chat “Sierra XXX”, Humberto Santos Ramírez, aspira a convertirse en el candidato del partido Morena por la diputación local del Distrito Mixe”, afirman en la carta.
Por este motivo, la carta tiene como objetivo hacer un enérgico llamado a los dirigentes del partido para evitar que Santos Ramírez llegue al cargo de elección popular.
Para las firmantes de la carta, la creación del chat “para que un grupo de hombres haga comentarios sobre sus cuerpos evidencia una deleznable normalización de la violencia de género”.
DJ
