El impulso de los precios internacionales de petróleo en la jornada de este miércoles llevó a la mezcla mexicana de exportación a marcar un máximo de nueve años, en 105.52 dólares el barril. La variación de la jornada fue de 8.15% o 7.95 dólares, la más alta desde el 21 de abril de 2020.
Aunque este aumento es una buena noticia para los ingresos petroleros del país, el conflicto entre Ucrania y Rusia tendrá mayores repercusiones negativas, como altos precios en combustibles que desencadenarán más inflación e impactará en el crecimiento económico. El Banco de México advirtió en un informe de un daño en el crecimiento económico global por esta disputa.
El barril de exportación de Pemex no había sobrepasado los 100 dólares desde el 27 de junio de 2014, pero con este cierre extendió su mejor nivel desde el 28 de febrero de 2013.
A la par de este incremento para el crudo mexicano, también hay malas noticias para los consumidores de nuestro país, ya que el precio de la gasolina alcanzó un nuevo récord, pero es el mayor precio en 10 años, además de que el valor del dólar es más caro ahora que en ese entonces. El galón en el mercado internacional aumentó a 3.3979 dólares, lo que representa un 9% más que la jornada previa.
El gobierno mexicano ha dicho que en caso de que los precios continuaran subiendo, dotaría de subsidios a la compra de gasolinas para mantener los aumentos por debajo de la inflación.
Ventas automotrices en México, con el peor febrero en 10 años.
La venta de automóviles nuevos durante febrero fue de 79 mil 600 unidades, el número más bajo desde 2012 para un mes igual, reflejo de la crisis que vive el sector automotor por el desabasto de chips a nivel global y las cadenas de logística que han impedido llenar los escaparates automotrices.
En términos anuales, la cifra cayó 3.9%, mientras que de enero a febrero, hubo un pequeño aumento de mil 15 unidades, o de 1.3 por ciento.
La crisis de chips o de semiconductores aún no se ha solucionado. El gobierno de Estados Unidos hará una inversión de 20 mil millones de dólares en conjunto con Intel para crear la infraestructura para la fabricación de los dispositivos y no depender del exterior, lo que beneficiará a México por ser socio comercial de esa nación y estar dentro de las cadenas productivas.
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