Los precios internacionales del petróleo han experimentado una caída acumulada del 6% en las dos últimas sesiones, traduciéndose en una disminución de cinco dólares por barril negociado.
Según las cifras de la Administración de Energía de Estados Unidos, se ha registrado un notable aumento en las reservas de petróleo del país, con un incremento de 3.6 millones de barriles en la última semana, marcando el mayor salto semanal desde la segunda mitad de febrero de este año.
A pesar de las expectativas de los analistas del sector energético, que preveían un aumento de 1.8 millones de barriles extras, este sorpresivo dato provocó una caída de las cotizaciones por debajo de los 80 dólares.
Al cierre de la sesión de este jueves, el precio del barril West Texas Intermediate (WTI), uno de los referentes del mercado internacional, se situó en los 77.48 dólares, reflejando una disminución del 4.56% en el día.
Esta baja en el precio del petróleo tuvo un impacto momentáneo en la cotización del tipo de cambio mexicano, que reaccionó con una caída del 0.20 por ciento. Sin embargo, la resiliencia de la moneda mexicana fue notoria al revertir esta pérdida después de unos minutos en terreno negativo.
La divisa azteca logró cerrar con una apreciación del 0.34%, o un aumento del 0.50% desde su punto más bajo del día, equivalente a casi 10 centavos de ganancia. El dólar concluyó en los 17.2409 pesos, el mejor registro desde el 22 de septiembre.
La resistencia del peso se sustenta en datos positivos de la economía estadounidense, considerados como preludios para que la Reserva Federal de ese país indique el fin del ciclo alcista en las tasas de interés. Esto favorece a la moneda mexicana al ofrecer una tasa de interés más atractiva para los inversionistas.
Aunque los diferenciales favorecen al tipo de cambio mexicano al proporcionar mayores rendimientos, una apreciación excesiva puede frenar las inversiones en pesos al reducir los dividendos convertidos a otras monedas.
Los resultados de los inventarios de la Administración de Energía señalan una desaceleración en la demanda de crudo por parte de las industrias estadounidenses. Dado que Estados Unidos consume una quinta parte del suministro mundial de petróleo, una disminución en su demanda tiende a debilitar los precios, como sucede ahora. Se observa que el almacenamiento tiene cuatro semanas creciendo continuamente.
En este escenario, la mezcla mexicana de petróleo ha caído a los 69.23 dólares por barril, alcanzando su nivel más bajo desde el 10 de julio pasado. En ese lapso, el energético de Pemex ascendió a los 89.43 dólares, y si se mide desde ese punto ha perdido un 22.6% o 20.2 dólares por tonel negociado.
Ahora, la petrolera estatal se enfrenta nuevamente a una disminución de ingresos por dos frentes: menores precios y la apreciación reciente del peso mexicano, que ha ganado un 5.49% en lo que va de noviembre, después de un fuerte descenso el mes pasado que le trajo mayores beneficios al tener más pesos por cada dólar, así como mejores precios.
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