El peso mostró resiliencia y fortaleza durante la semana, aunque recibió ayuda de los datos económicos de Estados Unidos que los analistas pudieron interpretar como un preludio a que la Reserva Federal del ese país termine su ciclo de alzas en sus réditos. El tipo de cambio mexicano concluyó la semana en los 17.2172 pesos por dólar en el mercado internacional, el nivel más bajo desde el pasado 22 de septiembre cuando cerró en las 17.1989 unidades.
El que la Reserva Federal se decida a concluir su ciclo de incrementos en su tasa de interés renueva el apetito por comprar deuda en pesos al tener una tasa más alta, lo que significa la entrada de más dólares a la economía mexicana, y por consecuencia el peso se fortalezca.
Una inflación más baja con un mercado laboral ajustándose en Estados Unidos propiciaron que los analistas e inversores prevean que ya no se necesiten más incrementos en las tasas de interés estadounidense, contrario a lo que las autoridades monetarias habían puesto sobre la mesa semanas atrás de todavía aumentarlas de ser necesario. La caída reciente de los precios del petróleo fue la válvula de escape para los precios en ese país que se reflejaron en la inflación de octubre que retomó la tendencia de desaceleración que había perdido en los tres meses previos.
La divisa mexicana en el mes acumula una ganancia de 4.55%, al pasar del último día de octubre de los 18.03 pesos a los 17.2172 de este viernes 17 de noviembre. En la última encuesta de Citibanamex entre economistas de sector privado, la mediana de los entrevistados arrojó que el dólar cerraría en los 18.00 pesos este año, por lo que de ser así sufriría una depreciación desde su punto actual, pero medido desde su cierre de 2022, se tendría una revalorización de 7.6 por ciento.
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Al cierre de hoy acumula una ganancia de 11.6% en el año. Pese a que la mediana apunta a los 18 pesos para terminar 2023, bancos como HSBC y BNP Paribas anticipan un cierre más bajo en los 17.50 pesos. En contraste, Citibanamex lo prevé en 19.42 pesos o el de Masari Casa de Bolsa, que lo anticipa en 20.50 unidades.
Los fundamentales del peso están fortaleciéndose y eso mantendrá resiliente a la moneda, al menos que suceda una catástrofe en los mercados, como ha sucedido en los momentos más álgidos en las tensiones geopolíticas o que Estados Unidos entrara en un impasse económico, situaciones que están alejadas, pero no ausentes de suceder.
El actual nivel de las reservas internacionales se ha mantenido en el último año por encima de los 200 mil millones de dólares, que es una suma que puede proteger ante cualquier contingencia internacional a la que se pueda enfrentar México; asimismo, la constante y creciente capacidad de remesas que envían los connacionales a sus seres queridos que se quedaron en el país, es otro de los elementos que mantienen fuerte al peso.
El sólido comercio con Estados Unidos que siguen en constante expansión ha permitido que las cadenas de producción mexicanas se consoliden, así también los flujos de inversión extranjera directa (IED), que miden la confianza en la economía de nuestro país, son factores determinantes en la fortaleza y resiliencia del peso mexicano.
La inversión de cartera, esa que busca las mejores tasas de interés y que atrae también a la compra de contratos a favor del peso, son parte de los fundamentales que motivan a la divisa mexicana y la mantienen como una de las más líquidas del planeta como es el dólar, el yuan o el euro.
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