Reuters
Rusia sugirió el miércoles que respaldará públicamente al presidente de Siria, Bashar al-Assad, pese a la indignación por un ataque con armas químicas en la provincia de Idlib que dejó 58 muertos.
Países de Occidente, incluyendo a Estados Unidos, culparon a las fuerzas armadas de Assad por el ataque químico que provocó la muerte de decenas de personas por asfixia en la ciudad de Khan Sheikhoun, en un área controlada por los rebeldes en el norte de Siria afectada por ataques aéreos del Gobierno.
Washington dijo que cree que las muertes fueron provocadas por gas nervioso sarín lanzado por aviones sirios, pero Moscú ofreció una explicación alternativa: afirmó que cree que el gas venenoso se filtró de un depósito de armas químicas de los rebeldes alcanzado por bombas sirias.
El comandante del grupo rebelde Ejército Libre de Idlib, Hasan Haj Ali, calificó la declaración rusa como una “mentira”. “Todos vieron el avión cuando estaba bombardeando con gas”, comentó a Reuters desde el noroeste de Siria.
“De igual modo, todos los civiles en el área saben que no hay posiciones militares ahí, o lugares para la manufactura (de armas). Las varias facciones de la oposición no son capaces de producir estas sustancias”, agregó.
Trump describió el incidente del martes como “acciones inhumanas del régimen de Bashar al-Assad”, pero también culpó al expresidente Barack Obama de no haber tenido una mano firme hace cuatro años. El portavoz de Obama no quiso emitir comentarios.
Washington, París y Londres redactaron el borrador de un comunicado del Consejo de Seguridad de la ONU condenando el ataque y exigiendo una investigación. Rusia tiene el poder de vetarlo, como ha hecho para bloquear todas las resoluciones previas que afecten a Assad. DA