Detrás del dictamen que propone la aplicación del tamiz neonatal ampliado para todas las instituciones públicas de salud, y cuya votación fue postergada en la Cámara de Diputados, hay intereses comerciales y posible corrupción. Este fue el argumento con el que el subsecretario de promoción y prevención de la salud, Hugo López-Gatell se negó a esta acción que podría beneficiar a miles de recién nacidos mexicanos.
El tamiz metabólico neonatal ampliado, con el cual se pueden detectar 67 enfermedades que pueden ser graves en niños o en bebés recién nacidos para su oportuno tratamiento, se aplica en hospitales y clínicas de Pemex y del ISSSTE, y la propuesta que se presentó hace unos días a los diputados es que se haga mandatorio y se den recursos para que aplique también en el Seguro Social (IMSS), el INSABI y el IMSS Bienestar.
›La aprobación del dictamen fue postergada por los diputados de Morena con el argumento de que se debe de analizar si se puede implementar de manera eficaz.
Al respecto, en la conferencia de esta mañana del presidente López Obrador, López-Gatell dijo que a partir de 2015, “con esta fórmula muy popular en los sexenios neoliberales (...) de subrogación de servicios” se le asignó a una compañía “que súbitamente fue registrada” un contrato de casi 300 millones de pesos anuales para que realizará tamiz metabólico”.
Al respecto, la doctora retirada Juana Inés Navarrete, quien estuvo a cargo del tamiz en Pemex por muchos años, comentó a ejecentral que los tamices neonatales —no sólo el metabólico— son muy importantes porque detectan problemas que en el futuro pueden ocasionar retraso mental, ceguera, sordera y otras complicaciones en los bebés.
Navarrete señaló que la decisión de ampliar o no el tamiz, corresponde a los gobiernos, de acuerdo al presupuesto que puedan asignar, pero considera que vale la pena la inversión “si va a hacer que esos niños puedan tener una vida sana”.
