El exgobernador de Texas, Rick Perry, inició su segunda campaña para la nominación republicana a la presidencia este jueves, prometiendo “poner fin a una era de liderazgo fallido” y con la esperanza de que esta postulación tenga mejores resultados que la última vez.
Perry anunció su candidatura en un hangar de aeropuerto acompañado de otros veteranos de guerra y un enorme avión de carga C-130, como el que voló en la Fuerza Aérea. Es uno de los pocos veteranos en la baraja republicana, carente de experiencia militar.
Con Perry en la contienda y la confirmación el jueves de que el ex gobernador de Florida, Jeb Bush también aspirará a la presidencia, el partido republicano ya cuenta con 11 aspirantes y se espera que varios más se integren a la carrera.
Para Perry, es una segunda oportunidad luego de que su intento de 2012 tuvo pobres resultados tras varios errores. Todavía quiere borrar el “oops” que murmuró luego de un momento de titubeo durante un debate en la contienda presidencial.