Zeitenwende

13 de Enero de 2025

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Zeitenwende

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1.

Definitivamente, el mundo ya no será lo que era antes. Varias sucesivas contingencias le afectaron, desde el ataque a las torres gemelas en 2001, la gran crisis financiera global de 2008, las invasiones rusas a Ucrania en 2014 para despojar Crimea y este año para tomar el Donbás, la cuenca del Don en donde se forjara la propia Rusia hace un milenio. Con la irrupción de China en el escenario, vendrían las crisis del calentamiento global (China es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero por el empleo de tecnologías sucias), la inflación en alimentos y la pandemia de Covid-19, insuficientemente investigada en sus orígenes en la región de Wuhan. En conjunto, estas crisis han significado el nacimiento cruento de un mundo multipolar y el desafío mayor al orden internacional prevaleciente desde la Segunda Guerra Mundial, fincado en la Carta de las Naciones Unidas y la capacidad nuclear de las cinco grandes potencias vencedoras de entonces, Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, la URSS ahora Rusia y China.

2.

A este respecto, el canciller alemán, Olaf Scholz, se refiere como un Zeitenwende, un punto de inflexión o “cambio de época tectónico” para explicar lo que significan para Alemania en el marco de la Unión Europea tales desafíos. (The Global Zeitenwende, Foreign Affairs, Ene/Feb. 2023). En su concepto, la invasión de Rusia a Ucrania ha puesto el punto final a una era, la postsoviética surgida después de la caída de la Cortina de Hierro a finales de los ochenta. En esta, el mundo vivió un periodo de treinta años de relativa paz, prosperidad e interdependencia, en una globalización acelerada por la tecnología, la comunicación y el libre intercambio de bienes, capitales y conocimiento en el que un billón de seres humanos salió de la pobreza. Desde entonces, varios poderes han emergido o reemergido, incluida China, como también el imperialismo ruso ha retornado como la principal amenaza para Europa. Ahora, diferentes países y modelos de gobierno están compitiendo por ganar poder e influencia.

3.

Alemania, dice Sholtz, está haciendo todo por defender un orden internacional basado en la Carta de la ONU, pues la democracia, seguridad y prosperidad colectiva dependen de fortalecer las reglas comunes. Por eso Alemania –también como un nuevo jugador emergente, pues hasta modificó su Constitución para rearmarse y contar otra vez con un ejército competente—intenta convertirse en el garante de la seguridad europea, al igual que puente para nuevas soluciones multilaterales a problemas globales. No sin dejar de reconocer que en el pasado fue Alemania quien inflingió al mundo grandes pesares, en lecciones aprendidas que le llevan a rechazar ahora las fuerzas del fascismo, el autoritarismo o el imperialismo.

4.

¿Cómo puede la Unión Europea persistir como actor independiente en un mundo incrementalmente multipolar? Rusia parecía más un socio que un adversario como fue la Unión Soviética. Alemania fue uno de los ganadores, pues logró la reunificación y en el núcleo francoalemán impulsó la consolidación de la Unión Europea ahora con 27 estados miembros, aún pujante después de haber sufrido la salida de Gran Bretaña en el famoso Brexit.

5.

En lo que viene, la Unión Europea habrá de resistir a Rusia y competir con China, integrar a Ucrania, Georgia y Moldavia, así como a seis países de la ex Yugoslavia en los Balcanes, significando un espacio común de 500 millones de ciudadanos libres con estándares similares de comercio, protección ambiental, democracias con infraestructuras públicas y políticas de calidad y bienestar social. Sobre esta base, con los aliados del G7 y la OTAN, deberá proteger las sociedades abiertas, los valores democráticos y fortalecer alianzas y acuerdos para prevenir los riesgos de una nueva guerra fría y la tentación de dividir otra vez el mundo en bloques. Es decir, una perspectiva no cataclísmica para ese cambio tectónico inevitable.

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