Un duro invierno

25 de Noviembre de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Un duro invierno

1.

En el mundo, se avecina un duro invierno. El más frío en muchas décadas en todo sentido, pues a las inclemencias climáticas habrán de sumarse los estragos de una alta inflación y la consecuente escasez de alimentos, productos y combustibles para hacerles frente.

2.

En las finanzas, el frío de la contención inflacionaria congela las expectativas de crecimiento y de una pronta salida de la crisis. El fantasma de la recesión sigue amenazando no obstante el optimismo del gobierno estadounidense para evitarla si los mercados logran absorber los impactos limitando el traslado a los consumidores. Empero, que esto suceda es todavía una moneda al aire, pues las tasas de referencia seguirán subiendo en los próximos meses en tanto los mercados reaccionan adversamente. Las proyecciones de la Reserva Federal al subir la tasa hasta 3.25%, indican que para diciembre podría estar en 4.5%. Ello ha acentuado la aversión general al riesgo, llevando los principales indicadores en las bolsas a caídas sin precedente en lo que va del año; el Dow Jones ha perdido19.5%, 22.5% el S&P500 y 30% menos el Nasdaq.

3.

Igualmente, las monedas crujen y ante la expectativa de una prolongada recesión en Europa, la libra británica y el euro se encuentran en su peor momento frente al dólar, prácticamente a la par (1.06 dólares por libra y 0.96 dólares por euro) en tanto los bonos del Tesoro norteamericano ofrecen entre 4.2 y 4.5% de rendimiento, profundizando el “vuelo a la seguridad” de los fondos de inversión. La valoración de la deuda soberana internacional, medida por el Índice Agregado Global de Bloomberg se ha deteriorado también un 19% al tercer trimestre del año. En nuestro país, el Banco de México llevará la tasa a 9.5%, con la expectativa señalada por las principales calificadoras de llegar a 11% al cierre del año. El resultado neto es que el crecimiento en las principales economías se reducirá, acentuando el riesgo de una recesión en 2023.

4.

Para Europa, el invierno será aún más frío y largo. La guerra en Ucrania habrá de seguir golpeando la economía sobre todo por altos precios en la energía y los alimentos, dada la intención de Rusia por anexarse ya no sólo el Donbás sino todo el este de Ucrania con las provincias de Jersón y Zaporiyia, con un referéndum, la movilización de 300 mil reservistas y el amago nuclear al mundo. La apuesta rusa es que el invierno doblegará a Ucrania y a la OTAN, como en el pasado sucediera con Napoleón y Hitler. Ahora, la escasez de gas y otros combustibles llevará la inflación europea a las nubes y los ciudadanos exasperados podrían exigir la paz a cualquier costo, como se está planteando ya en Italia y Hungría, clamor que podría extenderse por todo el continente poniendo a prueba a las democracias.

5.

En lo político-electoral, los efectos de las tensiones empiezan a verse en Italia, donde un partido radical de ultraderecha llegó al poder tras las elecciones. En Brasil, pronto podría regresar al poder el popular Luiz Inazio Lula da Silva montado en los estragos sociales de una economía complicada. Y en los Estados Unidos, en un mes habrá elecciones intermedias, en donde los sondeos de Rear Clear Politics perfilan la limitación del gobierno de Joe Biden al perder los demócratas la Cámara Baja, reteniendo quizá el Senado por escaso margen. En todo caso, de cara a la renovación presidencial de 2024, según una encuesta del Washington Post-ABC News, los electores demócratas se muestran proclives al cambio de la carta de Biden, a quien miran agotado, en tanto los republicanos aún se muestran proclives a la opción de Trump si éste no llega a ser procesado por la justicia. Es decir, tal como lo señaló el secretario general de la ONU, António Guterres, una tormenta perfecta está sobre el mundo en lo climático, económico, militar y social; pero indudablemente, el frío del invierno habrá de sentirse pronto con más rigor en las expectativas y los bolsillos.

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