Recuperación, estabilidad y presupuesto

24 de Diciembre de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Recuperación, estabilidad y presupuesto

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1.

Afortunadamente para nuestro país, con las elecciones no sucedió el choque de trenes que se vaticinaba. Nuestra democracia ha mostrado suficiente capacidad para encauzar el debate y la competencia política intensos, al tiempo que la economía da muestras de recuperación al ritmo que lo hacen nuestros socios del acuerdo comercial de América del Norte, al cual estamos profundamente vinculados.

2.

Al respecto, las principales calificadoras internacionales ratificaron la valuación soberana de México sobre la capacidad de servicio de la deuda pública y otras obligaciones en la balanza de pagos, sosteniendo la marca en “BBB” con perspectiva negativa, ciertamente no en el mejor de los mundos, pero en la circunstancia de adversidad reciente por la recesión causada por la Covid19, constituye una nota de estabilidad en el corto plazo, confianza en el rebote de la economía y reconocimiento a la participación privilegiada de México en uno de los mercados más apetitosos del planeta.

3.

Standard and Poor’s, Moody’s y Fitch Ratings consideran que México mantendrá una gestión macroeconómica prudente y cautelosa, al tiempo que el Banco de México sostendrá una tasa de interés superior al 4% para apuntalar la paridad cambiaria, que de otra forma afectaría el nivel de las reservas internacionales, situadas en torno a los 196 mil millones de dólares. En ese contexto, las calificadoras resaltan la expectativa de niveles estables de deuda y políticas fiscales y monetarias prudentes, a lo que se suma la expectativa de un robusto precio internacional del petróleo, siendo aún México un exportador neto del crudo.

4.

La perspectiva de evolución de la economía resulta negativa porque si bien es visible la recuperación de la economía en este y el próximo año, el nivel de inversión existente no permite suponer un crecimiento superior a lo perdido en la recesión, algo así como 8.5% del producto interno bruto, en tanto que este año podríamos crecer un 5% y quizás un 3% en el próximo. Las presiones por la debilidad del Estado de derecho, la inseguridad pública y la desconfianza del sector privado para invertir y sostener mejores niveles de empleo constituyen factores adicionales a considerar, además de la valoración negativa del mercado sobre los monopolios de Pemex y la CFE en detrimento de la participación de los particulares, lo que significa destinar cuantiosos recursos públicos al sector energético, dejando de lado otras obligaciones públicas en materia de salud, educación e infraestructura, entre otras.

5.

La buena noticia entonces es que México mantiene el grado de inversión, eludiendo el riesgo de una valoración chatarra para los bonos gubernamentales y un mayor costo del dinero al incrementarse el riesgo-país; la mala, sin embargo, es que aún tendrá que realizarse un gran esfuerzo para sostener el repunte con inversión pública y privada y finanzas públicas sanas tanto en la Federación como en los Estados y Municipios. Es decir, en el contexto del diseño del próximo paquete presupuestario del país, que incluye la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación, se perfila lograr un equilibrio fiscal en el que no existan ni nuevos ni más impuestos como ha señalado el Presidente de la República, pero sí, indudablemente, mayores ingresos públicos basados en la perspectiva de crecimiento de la economía, la eficiencia recaudatoria y un mejor precio del barril de petróleo. Al igual que en materia de distribución de los recursos públicos, deberá atenderse el equilibrio entre el ingreso y los egresos considerando la atención de las prioridades sociales del gobierno federal, los servicios esenciales de salud, educación pública, seguridad, agricultura y energía, así como el fortalecimiento del gasto federalizado y las participaciones a Estados y Municipios, siendo en éstos donde transcurre la vida cotidiana de las empresas y de los mexicanos.

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