¡Qué show!

18 de Diciembre de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

¡Qué show!

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1.

Me refiero al juicio de destitución del presidente Donald Trump, instaurado en el Senado bajo acusaciones de la Casa de Representantes dominada por los demócratas en el que se imputa al acusado de cargos por abuso de poder y obstrucción del Congreso. Siendo algo tan serio y grave en una democracia, pareciera que nada está sucediendo, pues no obstante el cúmulo de evidencias y testimonios públicamente conocidos, no se siente en Washington un ambiente de destitución.

2.

En el Senado los números son la clave a seguir para entender la cuestión. Los republicanos cuentan con una mayoría de 53 escaños, frente a 47 de los demócratas e independientes, lo que permite suponer que no obstante lo que se presente, al momento de la votación no podrá formarse la mayoría de 2/3 necesaria para destituir al Presidente estadounidense. El Partido Republicano, ante elecciones en once meses, se ha mostrado cohesionado y acorde al espíritu de los negocios, que no desean correr riesgos de un viraje hacia la izquierda que pudieran representar los demócratas.

3.

En esta circunstancia, el cinismo y las imprecaciones sustituyen a las pruebas por más directas y contundentes que sean. Además de la transcripción de la llamada y el hecho de que la ayuda a Ucrania fue retrasada varios meses, siendo entregada apenas en septiembre pasado, el exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, afirma en un libro de próxima publicación (El salón donde pasó. Memorias de la Casa Blanca, fragmentos del cual fueron divulgados por The New York Times) que Trump le expresó la intención de retener la ayuda militar a Ucrania para presionarla a investigar a sus rivales políticos, entre ellos Joe Biden, un muy probable candidato presidencial demócrata.

4.

Pero un testimonio tan relevante como el de Bolton y algunos otros documentos probatorios requieren ser presentados en tiempo y forma para intentar cambiar la balanza. Hasta el momento, ningún senador republicano ha manifestado la posibilidad de votar en contra de Trump, siendo necesario sumar 20 votos republicanos a los demócratas para formar la mayoría calificada. Sin embargo, si la exhibición mediática de las pruebas es suficiente y contundente, entonces los republicanos podrían estar arriesgando mucho más al exonerar a un evidente responsable de los cargos que se le imputan. Hábil en el manejo de las realidades alternativas, la Casa Blanca se esmera en buscar una votación rápida que exonere al Presidente y le permita enfocar la campaña por la reelección en los puntos en donde tiene mejor valoración, como son la buena marcha de la economía, balanza comercial según el “comercio justo”, la generación de empleos y la contención de la migración ilegal y el narcotráfico, cuestiones en las que México y Canadá han sido más que complacientes.

5.

El presidente Trump, por supuesto, negó vía Twitter haberle dicho a su exasesor de Seguridad Nacional lo que pretendía hacer con Ucrania. De hecho, le descalifica con la consabida muletilla de no haber hablado cuando fue “despedido” en septiembre pasado, por lo que ahora sólo busca publicidad para un libro a la venta hasta el 17 de marzo próximo, demasiado tarde para tener efectos en el juicio a menos, claro está, que el Senado le permitiera testificar. El show sobre los excesos del poder y los artilugios para burlar la ley y salirse con la suya habrán de continuar en las próximas dos semanas hasta un desenlace previsible en el que quien la hizo no la pague y donde, cual hoguera de las vanidades, no prevalezca la justicia sino la obscura trama del poder y las conveniencias. Como alguien diría en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, Wall Street y las grandes corporaciones prefieren al populista Trump que a la aventura progresista de Biden, Sanders, Warren o Bloomberg.