Poder, mundo y sociedad

14 de Noviembre de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Poder, mundo y sociedad

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1.

Prosiguiendo con el conversatorio de Richard Haass, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores y editor de la prestigiada revista Foreign Affairs, se perciben preocupaciones relevantes para los próximos meses y años. Qué paradoja, un lenguaje propio de décadas de Guerra Fría que se creía olvidado ha vuelto a plantearse, dada la confrontación persistente entre el autoritarismo y las democracias. ¿Qué podrá ser mejor, se preguntan en las sociedades modernas, disponer de satisfactores a costa de derechos –lo propio del autoritarismo— o persistir en la búsqueda del desarrollo con libertad y derechos exigibles?

En esta ocasión, las reflexiones son en torno a la biotecnología y sus impactos; China y su pretensión hegemónica mundial; el desafío del crecimiento y cambio en la demografía, así como el orden mundial en el contexto de renovadas rivalidades entre las grandes potencias. El mundo, al final de cuentas, no es un lugar justo ni filantrópico; es un sitio competitivo y asimétrico, en el que los grandes propósitos corren aparejados con cuestiones de lesa humanidad.

2.

En el caso de la biotecnología y la imparable innovación científica, Michelle McMurry, presidenta del Instituto de Innovación Biotecnológico, señala el rol relevante del conocimiento y sus aplicaciones en la producción de alimentos, el cambio climático, la energía y la medicina, como ha sido evidente en la actual crisis mundial causada por el Covid-19, inimaginable de resolver de no haber existido una pauta previa de investigación y desarrollo biotecnológico eficiente y suficiente. La cuestión es que la utilización o aplicación de estas soluciones se da en medio de tensiones entre la política, el mercado y las estrategias nacionales, que no siempre responden a los mejores intereses de la Humanidad.

3.

¿Este siglo pertenecerá a China? es una pregunta que recorre el mundo. Elizabeth Perry, profesora de Gobierno en la Universidad de Harvard, comenta al respecto los evidentes logros de China bajo la conducción de 100 años ya del Partido Comunista, sin dejar de lado los enormes costos que ello ha implicado. China quisiera tener los logros de una sociedad y una economía abiertas sin ser ni lo uno ni lo otro. Sin duda habrá quienes se admiren de los grandes cambios habidos en educación, nutrición, vivienda y combate a la pobreza, al grado que se proclama haberla vencido, pero todo podría haber llegado a sus límites. El desafío planteado por China habrá de subsistir en tanto lo haga la fortaleza económica y el control interno propio del maoísmo pero no parece que el siglo XXI vaya a ser necesariamente chino.

4.

El mayor problema a enfrentar en este siglo es el del crecimiento poblacional y el cambio demográfico mundial. La crisis de envejecimiento de la población toca también a los gigantes asiáticos, en donde se ha acumulado el mayor crecimiento humano jamás registrado; tanto India como China rondan los mil 400 millones de personas cada uno, es decir, por sí solos representan un tercio de la población mundial. Si se piensa que hoy somos siete mil 500 millones de personas, para 2050 habremos de ser 10 mil millones, cosa de pensar nada más en lo que esto implicará, reflexiona Nicholas Eberstadt, especialista en la materia.

5.

Finalmente, ¿puede aún pensarse en un orden mundial posible? Conversando con Fareed Zakaria, reputado periodista y presentador de CNN, se plantea el sentido del orden mundial como aquél en el que todas las partes guardan un equilibrio y respetan las reglas establecidas en la Carta de las Naciones Unidas buscando esencialmente evitar la guerra como mecanismo para resolver las controversias. Estados Unidos habrá de seguir siendo un poder fundamental al frente de las democracias, en la búsqueda de sostener equilibrios básicos con un poder emergente, China, y otro también desafiante, Rusia, pero que en sí mismos son sistemas no exportables ni aceptables por todos.