Pedro y el lobo de la recesión

22 de Noviembre de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Pedro y el lobo de la recesión

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1.

Pareciera el relato de una profecía autocumplida, cuando se advierte del riesgo de una recesión inminente en los próximos meses y todo se acomoda para que así suceda. Los mercados están viviendo días negros, los más negros desde 2011 y acercándose a los números de la gran crisis financiera de 2008. La volatilidad y la incertidumbre, característicos de los momentos de intensa aversión al riesgo, cuando los inversionistas optan por colocarse en activos de menor rendimiento,

pero más seguros como los bonos de la Reserva Federal, han llevado a las bolsas a una caída profunda desde hace varios meses. El índice tecnológico Nasdaq cayó otro 3% esta semana, llevando su minusvalía a 24.5%; en el SP500 las pérdidas rondan el 14% y en el industrial Dow Jones 10%, en tanto que a pesar de los esfuerzos de la Reserva Federal, la inflación brincó a 8.3% con el empuje de un 11.1% de incremento en el índice de precios al productor. Este último dato revela la gravedad de la escasez de suministros, que ha reducido las existencias en plantas a un mínimo cercano al paro técnico.

2.

En Goldman Sachs y otros bancos hay voces que advierten de un “muy alto riesgo de recesión” para evitar la cual hay aún un tenue recurso. La probabilidad de que suceda el riesgo es ya del 35%, pero la Reserva Federal aún puede actuar para abatir la inflación y reducir el pánico (incertidumbre), pero los pasos dados aún parecen demasiado tímidos, estableciendo un horizonte de incrementos de 50 puntos base por sesión, cuando quizá se requerirían 75 puntos base para alcanzar el 3% de neutralidad y lograr el efecto buscado. Con ello Banxico tendría que llegar a 9% a fin de año, como se prevé.

3.

La economía china está pagando un alto precio por la estrategia “cero Covid” adoptada por el gobierno, con una caída en el desempeño industrial del 3% en abril y contracción del consumo del 11%, profundizando la interrupción de las cadenas de suministro y reduciendo las expectativas del mercado para una pronta recuperación. Es decir, la pandemia de Covid-19 es aún un gran restrictor en la economía global.

4.

La guerra en Ucrania ha significado grandes pérdidas para Rusia, no sólo en personal y material militar sino también en sentido estratégico, pues buscando evitar el avance de la OTAN hacia sus fronteras obtuvo exactamente lo contrario, al reforzarse la alianza atlántica y empujar la integración de Finlandia y Suecia así como la eventual incorporación de Ucrania a la Unión Europea. Esta invasión podría ser un ejemplo claro de que las guerras de conquista en el mundo han perdido sentido, persistiendo los equilibrios, la distensión y la negociación como el camino a seguir. No obstante, el daño infligido no sólo a Ucrania sino a los países occidentales tiene que ver con la seguridad energética inmediata; en el futuro, se apela a la transición energética, pero en lo inmediato, las energías fósiles siguen siendo indispensables y ante el embargo a las exportaciones rusas, el precio del barril de petróleo se ha elevado por encima de los 100 dólares y así permanecerá por algún largo tiempo.

5.

En alimentos, los precios del trigo, el maíz y la soya siguen subiendo al prevalecer criterios de seguridad alimentaria en grandes países consumidores, como la India, China, Brasil y México, quienes al buscar asegurar el abastecimiento han empujado el mercado de futuros hasta en 60 por ciento. La salida de Rusia y Ucrania del mercado alimentario ha incrementado las preocupaciones nacionales sobre la certeza en los abastos, impactando los precios de prácticamente todo, desde el pan hasta los aceites, las pastas y los cárnicos; lo que afecta es que países que no son grandes productores sino más bien consumidores de granos, al adoptar medidas proteccionistas, están afectando aún más los precios. Todo será peor cuando vayamos para atrás, pero por lo pronto suena como el cuento de Pedro y el Lobo, cuando el lobo ya está por aquí.

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