¿Otro “Mexican Moment”?

22 de Diciembre de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

¿Otro “Mexican Moment”?

luis_m_cruz

1.

En la tesitura del V Informe presidencial y ante lo que viene, con la expectativa de un “aterrizaje suave” para la economía estadounidense, conviene pensar en las perspectivas de crecimiento y desarrollo para México. Es decir, así como antaño se decía que si a los Estados Unidos le daba un resfrío, nuestro país pescaba una pulmonía, también cuando el país del norte no resbala, el nuestro puede mejorar la cosecha. A ello se suma la percepción geopolítica, cuando en el mundo pululan los conflictos regionales y escalan los problemas globales, entonces las cadenas de suministro y producción demasiado largas o basadas en entendimientos generales son un riesgo, el cual suele reducirse en escenarios menos conflictivos y con mayor certeza económica, productiva y laboral.

2.

En este sentido, la postura de la Reserva Federal norteamericana, expresada en estos días en la reunión de Jackson Hole, Wyoming, es congruente con el alineamiento tácito de México. Jerome Powell dijo que no obstante la reducción de la tasa de inflación en torno al 3 % en dicho país, las tasas de interés podrían seguirse incrementando hasta lograr el decremento en torno al objetivo de 2 %, con lo que la tasa de referencia podría subir inclusive a 6 % de aquí a fin de año. Ello implicaría para nuestro país, en principio el sostenimiento de la tasa de interés en 11.25 % pero pudiendo incrementarse un poco más, hacia el 12 %, para mantener el diferencial de seis puntos, que ha sido la razón de ser del superpeso, el cual insólitamente se ha estado revaluando sin que aún represente un revés comercial.

3.

En tiempos normales, un peso sobrevaluado afecta la competitividad, pues las exportaciones resultan muy caras en el exterior, en tanto que favorece las importaciones, que se tornan muy baratas para nuestro país. No obstante, dadas las perspectivas de estabilidad y crecimiento sostenido en los próximos años por la cercanía con el mercado de América del Norte y el Acuerdo Comercial vigente que nos hace partícipes, las posibilidades resultan mejor valoradas que el simple cálculo costo-beneficio. Lo que se está viendo ahora es el mediano plazo, que es cuando las inversiones, certeza y cercanía habrán de contar.

4.

Es así que, descontando algún efecto desestabilizador por las elecciones federales del próximo año (en 2024 habrá elecciones presidenciales en México y en los Estados Unidos, las cuales se prevén intensas y críticas pero no irresolubles), la perspectiva de crecimiento e integración del mercado de América del Norte es muy amplia. Los Estados Unidos habrán sorteado el riesgo de una recesión este año, cuando esperan crecer al menos 1 %, en tanto que para 2024 lo harán en torno al 2 % y tendiendo al 3 % en 2025, lo que abonará a las expectativas mexicanas para crecer hasta 3 % este año, ralentizando a 2.5 % en los dos próximos ciclos.

5.

Esta situación significa en los mercados un Second Mexican Moment —el anterior fue en 1994 con el TLC—, es decir, una oportunidad excepcional para crecer, integrar mercados y alentar la inversión productiva y en infraestructura necesaria para lograr un desarrollo sostenible y vencer la pobreza con empleo y mayores ingresos, que es como se hace en todo el mundo. Hay quien sostiene que de lograrse mayor congruencia interna con las oportunidades que plantea el mercado, la mesa estaría puesta para un tsunami económico, que es cuando convergen las visiones gubernamentales, empresariales y societales en objetivos comunes. Quizá éste es el sustrato sobre el que debieran definirse las elecciones presidenciales del 2024 en ambos países de América del Norte, el cómo caminar juntos y resolver los problemas urgentes para contar con fronteras seguras, migración inteligente, comercio justo, desarrollo coordinado y erradicación del tráfico de armas y drogas, fentanilo incluido, que son la base y a la vez el límite de las preocupaciones de nuestros países por un mejor futuro.

TE PUEDE INTERESAR:

USA vs Trump