1.
Con los Reyes Magos ha llegado un renovado optimismo en la economía mundial. Finalmente, la inflación global da muestras de reducción y su comportamiento entra en el segmento de control, al aproximarse a los objetivos de los principales bancos centrales: 2% en Estados Unidos y 3% en nuestro país. Actualmente, se encuentran en 3% en el vecino del norte, y 4.3% en México. Y, tras la última reunión en diciembre de la Reserva Federal, Jerome Powell confirmó el inminente recorte de tasas, con lo que los mercados repuntaron con fuerza. La curva del Tesoro de Estados Unidos bajó más de 30 puntos base y las tasas a 10 años cerraron por debajo del 4% por primera vez desde agosto después de cotizar brevemente por encima del 5% a mediados de octubre, no obstante que las condiciones económicas, determinadas en gran medida por los riesgos geopolíticos, recomiendan seguir navegando con cautela.
2.
Uno de los principales indicadores del mercado, el índice S&P 500, se recuperó aceleradamente, con lo que
el rendimiento del año se situó por encima del 23%. Las empresas de pequeña capitalización también experimentaron una fuerte recuperación, como se refleja en la rentabilidad al 10% del índice Russell 2000 al cierre del año, después de haber estado rezagadas con respecto a las empresas de gran capitalización durante todo el año.
3.
Ahora, en los mercados predomina la
narrativa de un aterrizaje suave contra la aversión al riesgo que se percibía desde la pandemia, con lo que varios economistas y analistas senior de Wall Street esperan que los indicadores a lo largo del año sigan reflejando una gran resiliencia de la economía, a pesar de riesgos globales persistentes y la incertidumbre de los procesos electorales del año en Rusia, México y Estados Unidos. La valuación promedio del mercado, medida por el coeficiente precio/utilidad adelantado, se sitúa actualmente en 20x, ligeramente por encima de la media de las últimas dos décadas, que ha sido de 17.1x. Es decir, la economía crece, superando con mucho los riesgos que en el pasado la hubieran tumbado en una recesión. Si se expresara esto en términos médicos, se diría que el tratamiento y la medicina, con ser severo y amargo, ha dado los resultados esperados, devolviendo el vigor y la salud al paciente.
4.
En nuestro país, gracias esencialmente a la autonomía del Banco de México, las tasas de interés han sostenido estoicamente su alineamiento con las de la Reserva Federal, con un extra de 600 puntos base, tan atractivo como para sostener el superpeso como la mejor divisa internacional en las transacciones cotidianas. Todo inversionista global obtiene 6% más de ganancia con tan sólo realizar sus pagos con pesos, sin importar que en el plano interior, los clientes paguen tasas altísimas al utilizar instrumentos de crédito para financiarse. Las tasas de referencia en Estados Unidos están al 5.5%, en tanto que la nuestra está al 11.5%. Empero, con la inminente reducción de las mismas, el costo del dinero habrá de bajar, acentuando la disponibilidad de financiamiento y alivio para las empresas. Es decir, se espera mayor inversión productiva y empleo en el 2024.
5.
El mapa de riesgos en el radar es el siguiente:
Riesgos a la baja:
- La inflación declina rápidamente.
- Cambio en la política de la Reserva Federal, con recorte de tasas acelerado.
- Una solución negociada a la guerra en Ucrania y en Medio Oriente, reduciendo los precios de los commodities.
- Estados Unidos y las economías OCDE continúan creciendo, lo que lleva al escenario del “aterrizaje suave”.
Riesgos al alza:
- Incremento de la incertidumbre geopolítica (nuevos conflictos con Irán, Taiwán y Corea del Norte).
- La guerra comercial entre China y Estados Unidos resurge con la retórica de Trump, si éste no es finalmente inhabilitado por el Poder Judicial.
- Contingencias en los procesos electorales.
- Descontrol de la inflación, que ha obligado a los bancos centrales a reanudar la amarga medicina.
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