1.
Varias cuestiones globales parecieran estar entrando en un terreno acomodaticio, como si así pudieran seguir.
Sin embargo, puede ser la calma que precede a la tempestad, pues los riesgos de recesión persisten en varias regiones económicas a pesar de los efectos positivos de la apertura y resiliencia de las principales locomotoras mundiales, como son los Estados Unidos, China, la Unión Europea y el Sudeste asiático, en ese orden.
2.
Estados Unidos ha mostrado una fortaleza por encima de lo esperado. Las probabilidades de que una recesión se presente tras el drástico incremento de las tasas de interés para reducir la inflación se mantienen sobre 50 % pero a la baja, lo que deja la moneda en el aire. El 3 de mayo habrá seguramente un incremento adicional de 25 puntos base, con lo que se esperaría que la tasa de referencia llegue a 5.5 %, considerado el techo de las mismas para observar, en lo que resta del año, si se llega a ese “aterrizaje suave” preconizado por la administración Biden o se materializa la “recesión leve” que en Wall Street aún consideran inevitable. México, dada la naturaleza de su imbricación económica y comercial a partir del Acuerdo Comercial con Estados Unidos y Canadá, realiza el 82 % de las exportaciones e importaciones con esa cobertura y ha mejorado sus perspectivas en línea con las de sus socios, para ubicarse en torno al 2 % de crecimiento posible en este año.
3.
En China, economía opaca y controlada en muchos de los aspectos medulares, como es el control de cambios y el subsidio a tasas de interés, la apertura ha sido de vértigo, acelerando las posibilidades de crecimiento por encima del 5 %. No obstante, los riesgos geopolíticos aún le lastran, pues se ha situado entre la mediación de la paz en la invasión de Rusia a Ucrania y el asedio a Taiwán, lo que le resta confianza como proveedor y socio seguro en el futuro. La migración de empresas en segmentos clave, como los microchips, la alta tecnología, aeroespacial y militar, se ha traducido en ventaja para otras regiones como México, pues en el nearshoring se trata de lograr condiciones seguras y ciertas a largo plazo. Por lo pronto, China empuja el crecimiento global en al menos un punto adicional y amplía sus lazos en el sur global, con los países BRICS como modelo a seguir para su esquema de asociaciones pragmáticas.
4.
Por su parte, Europa con o sin Brexit constituye un mercado con altísimo poder adquisitivo, que no obstante la persistencia de una inflación entre 8 y 10 %, ha logrado superar las limitaciones de la guerra en Ucrania tanto en alimentos como en energéticos; no obstante ser el bloque más afectado por el conflicto bélico, su participación en el producto mundial se mantiene y habrá de mejorar paulatinamente conforme la guerra y los suministros logren resolverse de una forma aceptable para todas las partes. Es claro que en algún momento podría plantearse una negociación sobre un nuevo estatuto para Ucrania, muy probablemente en la forma del armisticio de las Coreas, es decir, asimilar el Donbás y Crimea en un estatuto especial a cambio de la entrada de Ucrania a la Unión Europea.
5.
El Sudeste asiático e India, otro segmento importante en la economía mundial, está registrando una buena dinámica con la apertura y la relocalización; Japón, los “tigres asiáticos” y hasta Taiwán no han sido tan afectados por la inflación global, resintiendo sobre todo la narrativa bélica de Corea del Norte y los reclamos soberanos de China sobre Taiwán. Es decir, de no escalar el conflicto ucraniano y darse la distensión entre China y los Estados Unidos, pudiera sortearse la tempestad, reducir los riesgos globales y dar pauta a una recuperación con mayor estabilidad hacia finales del año, muy necesaria para enfrentar la enorme brecha de pobreza y desigualdad que tanto el Covid-19 como la policrisis, preludio de un mundo multipolar, han dejado como asignatura pendiente.