Ecos de Hiroshima

28 de Noviembre de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Ecos de Hiroshima

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1.

Concluida la reunión en Hiroshima, Japón, del Grupo de los Siete (G7), en el cual figuran las grandes democracias occidentales con mayor capacidad económica y militar, los ecos de la misma trascienden por su relevancia. Difícilmente puede considerarse que son un grupo de países débiles o postrados ante los avances de potenciales rivales, no obstante los desafíos que éstos representan. Lo que se ve es un grupo cohesionado ante amenazas o riesgos comunes, con bastante capacidad de respuesta y propuestas de buen calado.

2.

La declaración conjunta hace hincapié en los desafíos geoestratégicos que tanto Rusia como China significan, asumiendo que un mundo multipolar emerge tras las sucesivas crisis del Siglo XXI desde los ataques de Al Qaeda a las torres gemelas hasta la gran pandemia del coronavirus Covid-19, que hace suponer el declive de Occidente, notablemente el de los Estados Unidos. Ciertamente, el orden internacional está a prueba, como también el reto de construir uno nuevo en un mundo que hoy es muy diferente. Desde la puesta en marcha del Plan Marshall para reconstruir Europa, pasando por la descolonización y el financiamiento del desarrollo, hasta la gran expansión de la ciencia y el comercio en las últimas cuatro décadas, numerosos países se han transformado hasta niveles sorprendentes, ocupando paulatinamente mejores espacios en la economía, la política y la diplomacia o las guerras internacionales.

3.

Hace apenas unas décadas, el conflicto mundial se libraba en una guerra fría entre el bloque occidental liderado por los Estados Unidos y el bloque soviético con la extinta URSS a la cabeza, en tanto que China, India, los “tigres” del sudeste asiático y Brasil o México en América Latina se consideraban países periféricos. En la actualidad ya no existen esos bloques y otros han emergido conforme el mundo, basado en el orden internacional plasmado en la Carta de las Naciones Unidas en 1945, se ha desarrollado vertiginosamente. Hoy Rusia es una potencia regional con capacidad nuclear pero con una economía que difícilmente podría sostener una escalada de gran envergadura en la infame invasión a Ucrania, en tanto que China e India se han convertido en dos grandes potencias económicas y militares en busca de nuevos horizontes; surgió también la Unión Europea, que más allá de la situación diversa creada por el Brexit, ha puesto de relieve el enorme potencial del viejo continente para actuar como una gran potencia, como también lo es la construcción del bloque norteamericano bajo los acuerdos de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá.

4.

Y es ante este crecimiento de países y nuevos bloques que ahora se asume la posibilidad de un mundo multipolar con un nuevo orden internacional con mayor participación que el de sólo aquéllos países que en el siglo XX

lo forjaron.

5.

La Declaración de Hiroshima asumió el compromiso de consolidar la paz con firmeza y capacidades renovadas para enfrentar a Rusia o cualquier otra nación que viole soberanías y busque conquistas territoriales; el contener a China y la irrupción salvaje en el comercio internacional, trasgrediendo normas y derechos al tiempo que se beneficia del libre comercio y transacciones propios de un mundo abierto e interdependiente; se ponderó la geoestrategia, pero sin dejar de lado los desafíos contemporáneos como el calentamiento global que pareciera estar en pausa a pesar del riesgo de no retorno; disponer de las capacidades para enfrentar otras posibles pandemias; enfrentar la creciente desigualdad y los altos costos en energía y alimentos, cuya superación requiere sobre todo condiciones de inversión y crecimiento con seguridad y estabilidad de precios. Ante ello, persiste la necesidad de tender nuevos puentes con el llamado “Sur Profundo” mediante la cooperación y el financiamiento necesarios para impulsar el desarrollo en un entorno de democracia, crecimiento, seguridad y estabilidad globales.

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