1.
El primer semestre de 2022 será uno de los peores en las últimas décadas, resaltando el desborde de la inflación, su contención por los bancos centrales mediante el incremento de tasas de interés y las rupturas en las cadenas de suministro que han vuelto al mundo menos confiable para hacer negocios y distribuir las líneas de producción.
Los índices SP500, Nasdaq y Dow Jones, que miden la creación de valor, la productividad y la confiabilidad en las transacciones económicas, están cerrando el primer semestre con pérdidas entre 10 y 20% ante fenómenos que poco tienen que ver con las capacidades productivas, la innovación o la competitividad. Han sido sobre todo, golpes de realidad más allá de las previsiones lo que han derribado las expectativas.
2.
Para contener una inflación desbordante del 8%, las tasas de interés deberán crecer de prácticamente cero a un 3% en las economías más desarrolladas, significando el 9% para una economía emergente como México con una sobretasa de 600 puntos base, con un efecto encarecedor nato. Para combatir el desabasto de energéticos derivado de las sanciones occidentales a Rusia, la OPEC+ (que todavía incluye al país sancionado) habrá de incrementar paulatinamente su capacidad de producción con 648 mil barriles diarios más de petróleo en los meses de julio y agosto, no obstante lo cual los precios seguirán altos, estimándose para finales de año entre 110 y 125 dólares el barril, lo que podría significar gasolina a 5 dólares el galón en los Estados Unidos, dinamita pura para los demócratas en las elecciones intermedias de noviembre.
3.
En Europa todavía será más duro, pues el costo de contener y aislar a Rusia recae fuertemente sobre sus hombros no sólo por el envío masivo de armamento moderno a Ucrania sino también por la sustitución de importaciones de petróleo, derivados, metales y alimentos provenientes de los países en guerra. Además, la confianza en el oso ruso se ha roto, lo que habrá de significar una nueva muralla atlántica en el este, con la consecuente reubicación de líneas de suministro y cadenas de ensamble. Casi 600 mil millones de euros se estima ha costado la guerra a la Unión Europea y aún podría extenderse otros seis meses para establecer un armisticio, que después el costo de reconstruir y reintegrar a Rusia al concierto internacional será otro boleto. El petróleo y los granos rusos, aún los confiscados a Ucrania empiezan a fluir hacia el mercado negro, yendo hacia la India, China, países africanos y otros aliados históricos rusos, acentuando el malestar en Europa por una guerra que en realidad no quieren pelear.
4.
Y el fantasma de la recesión sigue rondando en el ánimo de los inversionistas. Precautoriamente, el icónico y siempre audaz magnate Elon Musk ha iniciado un reajuste del 10% de salarios y empleados en Tesla dejando saber a ejecutivos cercanos que tiene un “super mal sentimiento” sobre la economía. En los círculos financieros y corporativos, se considera inminente e inevitable una recesión, discutiendo sobre cuándo se presentaría y su duración, es decir, si sucedería en éste o el próximo año. La apuesta es si las medidas de contención adoptadas por la FED serán suficientes y a tiempo para “ensartar la aguja” y evitar la recesión, cuyos pronósticos están sobre 50% para que suceda a finales del año y 70% de que ocurra el próximo. Aún hay escenarios para evitarla, pero dependen sobre todo de la suerte de la FED, la conclusión del conflicto con Rusia, el armisticio en Ucrania, el control de otra oleada de contagios por Covid-19 y el reensamble de las cadenas de suministro en Asia.
5.
La Cumbre de las Américas significa una buena oportunidad para recuperar el ánimo y asumir compromisos, pues de aminorar los riesgos se trata para mejorar las perspectivas del segundo semestre y detener el deterioro por efectos externos en la situación económica, social y alimentaria en México y América Latina.