1.
En estos días se ha publicado una amplia encuesta levantada por el Centro de Estudios de Política Americana de la Universidad de Harvard, llamada The Harris Poll, que suele medir el derrotero de los políticos estadounidenses y sus posibilidades, como también sus debilidades y fortalezas. Un auténtico casting para el reality presidencial.
2.
Los números muestran la alta probabilidad del presidente Donald Trump para repetir su mandato y que todas sus acciones tengan como determinante el sostener su base de apoyo y captar algunos adeptos titubeantes en las filas demócratas. Sorprendentemente el presidente Trump alcanza el más alto nivel de aprobación de su gestión con 48% de ciudadanos que le aprueban, frente a un 52% que le desaprueba, lo que quiere decir que en casi dos años en el poder no ha sufrido el desgaste de su polémica gestión como pudiera pensarse.
3.
Los votantes le dan un tremendo crédito en el manejo de la economía y la creación de empleos (60 y 62% de aprobación), que suelen ser las mejores cartas de presentación en la política interior en cualquier país. Ciertamente, la economía de Estados Unidos se ve próspera y robusta y el empleo se encuentra cerca del dato de plenitud debido a una agresiva política económica basada en la desregulación, la reducción de impuestos en un 30% a corporativos y contribuyentes y las guerras comerciales con el concepto del “comercio justo”, esencialmente proteccionista y con altos aranceles o tarifas de frontera.
Su fortaleza se sigue nutriendo con la aprobación en el combate al terrorismo y el manejo de la migración (56 y 48% respectivamente), ambos temas manejados por Trump en el ámbito de la seguridad nacional, lo que le ha permitido omisiones en el respeto a los derechos humanos y proceder como el gran gendarme que le gusta ser, obligando además a sus vecinos a hacerse cargo de las responsabilidades, como aconteció con el acuerdo impuesto a México para frenar el flujo de migrantes centroamericanos.
En menor cuantía le aportan respaldo el manejo de la política exterior y la administración gubernamental, ambos con puntajes de 44%, aspectos en que la administración Trump descuida deliberadamente puesto que la diplomacia y la administración no son una prioridad en la agenda de la reelección.
4.
Pudiera pensarse que con 52% de los electores desaprobando el rumbo frente a un 39% que sostiene lo contrario Donald Trump tendría marcada su salida, pero con 9% de indecisos esto es más un deseo que una realidad. Los números muestran que son sólidas las probabilidades de Trump para ganar su reelección pues los electores perciben que la economía va por un buen camino (el 51%) frente a 37% en contrario y un 12% de indecisos. En Estados Unidos, en materia electoral la percepción sobre la economía suele determinar al ganador, por lo que a la pregunta de qué tan fuerte es hoy la economía estadounidense, los votantes respondieron con un contundente 71% muy fuerte, frente a
sólo un 29% que la percibe en debilidad.
5.
Para enfrentar a Trump, sólo una personalidad como Barack Obama podría confrontarle, quien muestra en la evaluación un 56% de opiniones favorables; le siguen Joe Biden y Bernie Sanders con 49 y 45% respectivamente, situándose el propio Trump al calce con un 42% de opiniones favorables, una buena cifra para el polémico rey del tuit y presidente en ejercicio, dado los impactos mediáticos negativos generados por sus conflictos de interés, la conexión rusa, el proteccionismo y la agresividad aplicada por igual a adversarios y aliados.
Con la economía a su favor, los misiles tarifarios, las guerras comerciales y el nuevo muro de aranceles en la frontera sur, el presidente Trump apunta a su reelección. Mal para México, pues seguirán el bullying y las imposiciones.