Cartas sobre la Mesa

18 de Diciembre de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Cartas sobre la Mesa

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1.

El próximo martes 8 de noviembre tendrán lugar las elecciones legislativas intermedias en Estados Unidos, cuando estará en juego la frágil mayoría lograda por el Partido Demócrata en las presidenciales de hace apenas un año. En esta ocasión, habrá de renovarse la totalidad de la Cámara de Representantes, además de un tercio del Senado y las gubernaturas de 36 estados, en un ambiente caldeado aún por el desafío ilegal y contrapolítico del movimiento contestatario del expresidente Donald Trump para asaltar el poder, primero con injerencias de potencias extranjeras en el proceso electoral de 2016, después con el abuso de las prerrogativas y poder presidencial durante su mandato al punto de someterlo a dos juicios de destitución (impeachment) librados por una irracionalidad lealtad partidista republicana. Finalmente, cuestionó (y aún cuestiona) los resultados electorales e impulsó a una turba de seguidores a tomar el Capitolio para crear una crisis constitucional, intentando detener la calificación de una elección que había perdido.

2.

Insólitamente, no obstante el cúmulo de pruebas y testimonios públicamente disponibles, el magnate republicano ha logrado salirse con la suya y no ha sido sometido ni condenado en algún juicio de responsabilidades políticas, civiles o penales. Como han señalado los periodistas Woodward y Costa en Peril (Simon&Schuster 2021), el expresidente Donald Trump es la mayor amenaza para la democracia estadounidense desde la guerra civil en el siglo XIX, pero el sistema político y la rama judicial parecieran temer someterle a juicio y condenarle por las múltiples y evidentes fechorías cometidas y documentadas, así fuera por obstrucción de la justicia al invocar repetidamente privilegios o inmunidad de la institución y el ejercicio presidencial.

3.

Con menor capacidad histriónica y propagandística, la presidencia de Joe Biden navega en el mar de la impopularidad; las últimas mediciones revelan que son más quienes valoran mal a su gobierno, que quienes le apoyan (aproximadamente 53% le desaprueban y sólo 44% le apoyan), sin que ello signifique, aún, que este desapego se traslade automáticamente a los republicanos, quienes, por otra parte, habrán de esmerarse para que esto sea así.

4.

Las cartas están sobre la mesa. Para el presidente Biden, las elecciones constituyen un referéndum sobre la gestión pública y los programas de recuperación de la economía, redistribución de los costos y apoyos directos a clases medias y trabajadores para sortear el impacto de la pandemia, pero financiado con el incremente de impuestos a las corporaciones e ingresos mayores, que tantos votos suelen mermar entre los contribuyentes. Al momento, los primeros pronósticos anticipan la pérdida de la frágil mayoría demócrata y una nueva hegemonía republicana, si los programas de inversión pública y relanzamiento de la economía no muestran frutos tras el primer semestre del año. En el mundo se habla de un aterrizaje forzoso de la economía de Estados Unidos, tras el repunte del año pasado, que podría situar la tasa de crecimiento en torno al cuatro por ciento. No obstante la disposición de Biden para defender la democracia y las instituciones, si no logra someter a Trump a juicio, éste llevará el dilema a los electores.

5.

Finalmente, Trump abrió fuego en un bastión de Arizona. Fiel a su tradición, con un discurso incendiario, ha iniciado el asedio para influir en los procesos de selección de candidatos, apoyando o vetando las aspiraciones en curso. El balance no podía ser peor, “el país se está yendo al infierno, es un desastre; tenemos que ser fuertes y recuperar nuestro país y nuestro futuro”. Para Trump el juego es claro, recuperar presencia en las legislativas y de ahí, volver a presentarse en la elección presidencial del 2024. Cómo habrán de detenerlo los demócratas es la cuestión, pues la pradera electoral está bastante seca para un experto incendiario.

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