1.
Tras la reunión de banqueros centrales en Jackson Hole, Wyoming, los mercados reanudaron actividades con escepticismo y extrema cautela ante lo que se viene, una temporada larga de combate a la inflación y temores de que la medicina aplicada resulte demasiado drástica y eventualmente cause una recesión. En su postura, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, reiteró que el objetivo es detener y reducir la inflación aún si el costo es muy alto. El objetivo será regresar la inflación al nivel del 2% para sostener la estabilidad de precios. De qué magnitud es el reto si se toma en cuenta que la inflación se ha desbordado en torno al 9%, las tasas de interés se han disparado por encima de 3%, las bolsas han caído casi 20% y apenas se nota el esfuerzo realizado. De ahí que, para bajar la inflación se requiera frenar el crecimiento por debajo del potencial por algún tiempo.
2.
En un mundo aún impactado por los efectos de la pandemia de Covid-19, la invasión a Ucrania y el cambio climático, la persistente inflación y las altas tasas de interés constituyen la punta de un iceberg. La pandemia de Covid-19 no ha terminado, la OMS reporta que aún cobra miles de vidas, tan sólo un millón en los últimos doce meses, situando la cifra de muertes por esta causa en 6.5 millones hasta el momento. Se tienen las vacunas y los medicamentos, pero éstos no fluyen a los países más necesitados, generando oleadas de nuevas variantes y creando dislocaciones en las cadenas de suministro, producción y distribución de bienes y servicios. Como la OMS advierte, el riesgo es que ésta u otras pandemias golpeen de nuevo, cuando los sistemas nacionales de salud son insuficientes para hacerles frente.
3.
Europa está frente a un crudo invierno con escasez de energéticos dado el inminente cierre de los petrolíferos rusos ante las sanciones occidentales por la agresión a Ucrania, en una guerra que también apunta a prolongarse. Los europeos se debaten entre el aprecio por las libertades y la democracia y el elevado costo del gas, la gasolina y los alimentos. Si bien la postura de la OTAN sigue siendo de firmeza ante las puertas de Rusia, los ciudadanos de los diferentes países europeos no parecen compartir el entusiasmo por un largo conflicto de suma cero. Rusia apuesta a que este cansancio beneficiará sus intereses por hacerse del Donbás ucraniano, conforme Estados Unidos se sumerge en las elecciones intermedias de noviembre próximo que podrían cambiar el balance de poder en Washington, de perder los demócratas la mayoría en el Congreso.
4.
Y los golpes climáticos registrados hacen ver de qué manera el planeta está pasando la factura, desde extremas y prolongadas sequías en los principales graneros del mundo, los Estados Unidos, Argentina, México, el cuerno de África, India y Australia; oleadas de calor en Europa con los ríos principales del Támesis, el Rin, el Loira, el Danubio, el Po o el Tíber reducidos a pequeños caudales y huracanes terribles en Pakistán, Bangladés, Filipinas y eventualmente, porque ahí vienen, en el Caribe y el Atlántico Norte. Mientras el mundo arde, los Acuerdos de París de 2015 han sido postergados y poco se ha hecho para detener las emisiones de gases de efecto invernadero y detener el incremento de la temperatura global por encima de 2 °C
hacia finales del siglo.
5.
De ahí que el discurso de Powell suene a largos días por venir en la aplicación de la amarga medicina de altas tasas de interés, desaceleración de la economía y arriesgar una recesión, en este año y el próximo 2023, con todas las implicaciones para las economías nacionales: menor crecimiento, mayor costo de la deuda, energéticos y alimentos caros y escasos, escaso espacio público para auxilios fiscales o subsidios, todo lo cual golpea primero y hasta doble a quienes menos tienen. Serán tiempos de prudencia, cautela y magia en la economía cotidiana.
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