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Entregar la banda presidencial significó para Enrique Peña Nieto una liberación: fueron seis años de gobernador, seis meses de candidato, otros tantos de presidente electo y seis años como jefe del Ejecutivo federal. En total, 13 años de autocontención, pues lo suyo en realidad son las mujeres y la vida social.
›Como dice Alberto Tavira, el comunicador que fusionó el periodismo del corazón con la información política, “después de dejar el poder, Peña Nieto está empezando a ser de nuevo la persona y no el personaje”.
Autor del libro Las mujeres de Peña Nieto, Tavira lo explica así: “Peña Nieto está pudiendo ser el romántico, el seductor, el cazador de una modelo con todos los estándares de la belleza convencional, 20 años más joven que él y con una conquista que ha sido un éxito rotundo en las redes sociales. Entonces, él está disfrutando de este amor casi como un adolescente”.
¿Percibes un exceso de cinismo o habrá un plan calculado en esta historia? —se le pregunta a Tavira.
—Peña Nieto es un maestro del marketing. Fue asesorado por los más importantes, los más grandes y los más conocedores consultores de mercadotecnia política de este país y del mundo. No es ningún tonto, no es ningún improvisado, él viene de una dinastía de políticos de al menos seis generaciones en el estado de México, trae en su ADN el cálculo político para no dar un paso en falso. No me parece que sea una estupidez que él esté involucrado con esta mujer, en este momento y con ese efecto mediático.
¿Cuál es el objetivo?
—Distraer, entretener, disuadir. Si bien es cierto que el común de la población no está informada sobre los temas coyunturales del país, esta historia termina siendo mucho más mediática que cualquier problema. Peña Nieto encontró la fórmula perfecta del político más popular en aquel 2011-2012 con la actriz con mayor rating en el mundo de la televisión y particularmente de las telenovelas. Esta ecuación derivó en el resultado absoluto y contundente que tuvimos en las elecciones del 2012. De tal manera que, en este momento, Peña Nieto nos está dando la siguiente entrega de su historia personal.
En México somos un pueblo melodramático, afirma Tavira, “somos un país que creció con telenovelas, y aunque hay una generación de mexicanos que nos interesan los problemas del país, todavía traemos ese arraigo melodramático, de tal manera que estamos esperando el siguiente capítulo de la telenovela de Peña Nieto y muy pocos están esperando un juicio político”.
“Todas le han aportado algo”
Peña Nieto no es el único expresidente de la República que “rehace” su vida tras dejar el poder, aunque sí el más exhibicionista. Carlos Salinas, por ejemplo, se divorció de Cecilia Occelli en 1995, cuando ya se había autoexiliado en Irlanda, a donde se fue con quien al parecer ya tenía una relación amorosa, Ana Paula Gerard, que poco después se convirtió en su segunda esposa y madre de sus tres hijos menores.
También vimos a un José López Portillo que, nueve años después de dejar el poder, en 1991, se divorció de Carmen Romano y años después se casó con la actriz Sasha Montenegro.
Tania Ruiz tiene 31 años y una hija de cuatro, fruto del matrimonio que la potosina tuvo con el empresario Bobby Domínguez. También tiene una fábrica de pulseras y está en proceso de lanzar su propia línea de ropa.
Pero, de acuerdo con Tavira, Tania tiene una cualidad que hizo que Peña Nieto se fijara en ella: es mediática.
“Todas las mujeres de Peña Nieto le han aportado algo a él. Su primera esposa, Mónica Pretelini, creó un club de fans que hizo que Peña tuviera el voto mayoritario de las mujeres en las elecciones de 2005 en el estado de México.
›“Sus amantes, tanto Maritza Díaz como Yessica de Lamadrid, también aportaron en términos de mercadotecnia, en términos de imagen, trabajaban para su imagen y para crear el personaje que gana elecciones.
“Más adelante, Rebecca Solano, una conductora de Monterrey, incluso le hizo toda una estrategia publicitaria. Después vino Angélica Rivera a sumarse a la campaña publicitaria de los compromisos cumplidos en el gobierno del estado de México.
“Tania Ruiz es otro segmento, es otra generación, otro efecto en los medios, ella particularmente se mueve en las redes sociales. Si te das cuenta, todas le suman, no es que él impulse una carrera o que gracias a él alguna de estas mujeres se haya consolidado. Ellas ya estaban hechas y han venido a sumar al proyecto político de Peña Nieto”.
¿Peña es un ser frívolo o esa es la imagen que le conviene transmitir?
—Peña Nieto es un hombre sumamente inteligente. Es un hombre que cuando tuve la oportunidad de entrevistarlo varias veces cara a cara, mostraba cierta inocencia que parecía antagónica con el enorme poder político que tenía. Es una persona que si bien no es culto, no tiene conocimientos de arte y literatura, sí posee un carisma nato y estoy completamente seguro que eso le permitió llegar al máximo poder político de este país.
“Si durante toda mi trayectoria he indagado en la vida privada de los políticos es porque estoy convencido que en lo más oculto de la superficialidad habita lo más revelador de la profundidad.
“El romance Enrique-Tania es parte de una estrategia. Entretén a la población, entretén a los medios de comunicación y entretente tú con un nuevo amor. Y que caigan los que tengan que caer”.
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