44% de las veces que consumes pescado... recibes otra especie
CIUDAD DE MÉXICO, 18FEBRERO2021.- Personas asisten a realizar sus compras en el mercado “La Nueva Viga: Pescados y Mariscos” una vez iniciada la temporada de cuaresma. Locatarios del lugar reportan una breve reducción en sus ventas a pesar de que actualmente el semáforo epidemiológico por covid-19 se mantiene en color naranja. FOTO: MARIO JASSO/CUARTOSCURO.COM
/Mario Jasso/Mario Jasso
En casos como el pescado marlin es peor, pues cuando lo consumes, en el 100% de las ocasiones recibirás otro tipo de pescado
Cuatro de cada diez veces que compras o comes pescado en una pescadería o restaurante de Ensenada, Guadalajara y Mérida, en realidad estás recibiendo otro producto. Además, existen casos aún más graves como el marlin, pues cuando lo consumes, en el 100% de las ocasiones recibirás otro tipo de pescado, casi siempre atún ahumado.
Una investigación de Oceana, organización dedicada a la conservación de los océanos, identificó 174 muestras genéticas de peces comprados en pescaderías y restaurantes de Ensenada, Guadalajara y Mérida y encontró diversos casos de sustitución en el que productos de origen marino como el huachinango y el mero fueron sustituidas por especies de acuicultura como la basa y la tilapia.
También reportó casos en los que el tiburón mako (Isurus oxyrinchus) se usó para sustituir pescados como la cabrilla. Mientras que en 100% de las muestras de presunto marlin, este fue reemplazado con atún. La organización concluyó que -en promedio- 44% de las veces que se consume pescado, en realidad se está obteniendo un producto diferente.
En el caso de Guadalajara, Jalisco, se encontró 100% de sustitución en la compra de pescados marlin, huachinango, sierra y lobina. En Ensenada el reemplazo de peces se da en la totalidad de especies como marlin, huachinango y blanco del Pacífico. Mientras que en Mérida la especie con mayor reemplazo fue el pescado esmedregal con una sustitución de 75 por ciento.
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“El engaño de los que somos esta práctica afecta gravemente nuestros bolsillos, dado que en muchas ocasiones estamos pagando altos precios por especies de muy bajo valor comercial, como la basa, especie que generalmente importamos de China y Vietnam”, apuntó Oceana y agregó que en ocasiones la diferencia de precio entre la especie sustituida y la sustituta llegó a ser de 700 por ciento.
Como apuesta para solucionar este problema de sustitución, Oceana apunta a la trazabilidad. Este esquema permite rastrear el camino que recorre un pescado para llegar a nuestras mesas, es decir seguir su trayecto desde el barco hasta el plato.
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