Por los pasillos del Palacio se escuchaban pasos que iban y venían con el nerviosismo que producía la noticia de 31 migrantes secuestrados el 30 de diciembre. Los avezados en la política sabían que estos hechos tendrían repercusiones que trascenderían nuestras fronteras y que la capacidad de respuesta y la sensibilidad de las autoridades se pondrían una vez más a prueba.
Si hay un elemento que distinguió el desarrollo de estos terribles acontecimientos fue la falta de información. Desde el principio y prácticamente hasta el final del proceso, los aparatos de inteligencia del gobierno del estado de Tamaulipas y del gobierno federal tuvieron que batallar para hacerse de la información que les permitiera definir un plan táctico de respuesta.
Poco a poco, con el empuje del gobernador tamaulipeco, Américo Villarreal, y de la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, comenzó a llegar información; los migrantes se encontraban a salvo. Pero cuando se formularon las preguntas para determinar cómo había ocurrido, quiénes habían participado en estos hechos y qué había sucedido mientras los migrantes se encontraban privados de su libertad, las respuestas eran inexistentes.
Hoy, nuestros confidentes, que desde los primeros días observaron cautos el desarrollo de esta crisis desde de los pasillos del Palacio, nos han confirmado que los delincuentes que perpetraron el secuestro eran traficantes de personas que se sentían insatisfechos con la cuota que los migrantes habían sido obligados a pagar. Al parecer la consigna era obligarlos a entregar hasta el último centavo que llevaban consigo en su riesgosa travesía.
También nos hemos enterado de que un operador del propio gobierno del estado de Tamaulipas, quien habría formado parte de las huestes de Santiago Nieto, extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera, fue quien orquestó una estrategia para contactar uno a uno a miembros de bandas criminales hasta dar con los migrantes. Imagine usted la escena: “Buenas tardes señor delincuente, ¿usted o alguno de sus colegas ha secuestrado a 31 migrantes?”.
Lo más sorprendente es que la estrategia funcionó. Los migrantes fueron puestos en libertad y entregados a elementos de la Guardia Nacional.
Tome usted nota de esta posdata:
La megafarmacia prende nuevamente los botones de alerta en Los pasillos del Palacio, donde ha llegado un informe confidencial que indica que el nivel de surtimiento de medicamentos de esta gigantesca bodega de Huehuetoca apenas llega al 15% de su capacidad, y que será hasta después de las elecciones cuando se pueda aspirar a llegar a un 75%, en el mejor de los casos.
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