Durante las elecciones del 2018, Morena y sus aliados arrasaron en el país y en la Ciudad de México. Más de 2.4 millones de electores acudieron a las urnas en la CDMX para respaldar a los candidatos de la ahora 4T en sus respectivas alcaldías. A pesar de que la oposición ganó en cinco alcaldías con más de 1.8 millones de votos, el impacto generado por la campaña de Andrés Manuel López Obrador fue innegable.
Pero en 2021, las condiciones cambiaron, y lo que tres años antes había sido un triunfo contundente de los morenistas, se convirtió en una contienda muy pareja. En total, el movimiento opositor y las fuerzas vivas de la 4T lograron cerca del 45% de los votos cada uno. Morena y sus aliados cayeron por debajo de dos millones de votos, en tanto que la oposición sumó tres alcaldías más a las cinco que ya gobernaban desde 2018.
Ahora se acerca un proceso electoral en el que las encuestas muestran una clara ventaja de Morena, directamente relacionada con la figura de AMLO, lo que parece otorgar al partido en el poder una posición cómoda. Sin embargo, al profundizar en el análisis y revisar el posicionamiento y los perfiles de los candidatos, considerando la significativa caída que sufrió Morena en la última elección, la narrativa podría cambiar por completo.
Clara Brugada lidera una campaña que comenzó en medio de un intenso desgaste interno. Para que ella pudiera postularse, Omar García Harfuch tuvo que retirarse de la contienda. García Harfuch no sólo era el candidato más sólido, sino también la primera opción de Claudia Sheinbaum.
Todo esto ocurrió en público; es decir, este episodio de confrontación entre los miembros de Morena se desarrolló de manera abierta, lo que dejó heridas más profundas y seguramente resentimientos más arraigados.
Clara Brugada, por su parte, está llevando a cabo una campaña que parece centrarse en “ixtapalizar” la Ciudad de México, donde las utopías y los dinosaurios son parte recurrente de sus imágenes y mensajes.
Más allá de eso, los mensajes contundentes sobre el combate a la delincuencia, la presencia del narco en la Ciudad de México, el transporte y la grave escasez de agua tienen una limitación seria, ya que no pueden traspasar los límites establecidos en las altas esferas del poder, especialmente en los pasillos del palacio presidencial. ¿Cómo abordar temas tan complejos y que requieren una visión crítica, cuando la autocrítica es una de esas palabras que no se pueden pronunciar en la casa de los morenistas?
Lo que sabemos, según nuestras fuentes, es que las alarmas están sonando, y tanto en el palacio presidencial como en el cuartel morenista ya han llegado diversas perspectivas que sugieren la posibilidad de un revés que podría poner fin al dominio que el movimiento transformador, hoy conocido como la 4T, ha mantenido durante 24 años en la Ciudad de México.
Mientras tanto, Santiago Taboada cuenta con amplias libertades para ejercer la crítica y abordar con fuerza los temas que preocupan a la Ciudad de México. Con la proximidad del proceso electoral, no hay duda de que las cartas están sobre la mesa y, según las tendencias electorales y la realidad política, la derrota para Morena y el triunfo para la oposición en la CDMX podrían ser una posibilidad real.
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