NUEVA YORK, Estados Unidos.- La célebre piloto considerada una heroína tras el accidente de un vuelo de Southwest que dejó una pasajera muerta el 17 de abril contó que era su marido, también piloto de la aerolínea estadounidense, quien debía estar ese día al mando de la aeronave. Tammie Jo Shults, una de las primeras mujeres en pilotar un caza en la Marina estadounidense, consiguió aterrizar con una tremenda sangre fría el Boeing-737 accidentado que se dirigía de Nueva York a Dallas y que llevaba a bordo 144 pasajeros y cinco tripulantes. “Había cambiado (el turno) con mi marido” para poder asistir a una competencia de atletismo de mi hijo, contó Shults a la televisión ABC en su primera entrevista a medios estadounidenses tras el accidente. “No le cambiaré nunca más”, bromeó. Shults, de 56 años, y su copiloto aterrizaron de urgencia en Filadelfia luego de que una parte del motor izquierdo de la nave estallara en pedazos 20 minutos tras el despegue. Pedazos de metal rompieron una ventana, lo cual despresurizó la cabina y succionó parcialmente hacia el vacío a una pasajera, una banquera y madre de dos niños de Nuevo México, que murió poco después del aterrizaje a raíz de sus heridas. El regulador aéreo estadounidense, FAA, exigió inspecciones urgentes de algunos motores de la familia CFM56 en todo el mundo tras el accidente, para detectar eventuales señales de desgaste del metal. El presidente Donald Trump recibió el mes pasado a la tripulación y a pasajeros en la Casa Blanca, donde alabó “el increíble trabajo” de la capitana Tammie Jo Shults. FR