El primer ministro Boris Johnson suspenderá las labores del parlamento británico el lunes por la noche, tras el previsible rechazo a su nueva propuesta de elecciones anticipadas ante un bloqueo del Brexit que exaspera cada vez más a sus socios europeos.
“El parlamento será suspendido al final de la sesión de hoy” y hasta el 14 de octubre, anunció por un portavoz de Downing Street, incluso si los diputados de la oposición vuelven a rechazar una moción gubernamental para convocar elecciones legislativas a mediados de octubre, que requiere la aprobación de dos tercios de la cámara.
Johnson llegó al poder en julio en reemplazo de Theresa May prometiendo que sacaría al Reino Unido de la Unión Europea el 31 de octubre a toda costa.
Pero ante el temor de un caótico Brexit sin acuerdo, los legisladores presentaron y aprobaron de urgencia la semana pasada una ley que obliga al gobierno a pedir un nuevo aplazamiento si al 19 de octubre no llegó a un trato aceptable con Bruselas u obtuvo la luz verde del parlamento para una salida brutal.
Johnson expulsó del partido a 21 rebeldes conservadores que votaron contra su gobierno y perdió su mayoría parlamentaria.
Debilitado y obligado a romper su gran promesa, esperaba que unos comicios le diesen un nuevo mandato fuerte antes del Consejo Europeo del 17 y 18 de octubre del que esperaba volver con un nuevo acuerdo con los 27.
Pero estos afirman que la renegociación que Johnson ha publicitado con bombo y platillo en su país no es tal, sino simplemente unos contactos en los que Londres no ha presentado alternativas reales al Tratado de Retirada firmado por May en noviembre y rechazado tres veces por el parlamento.
La UE no ha recibido hasta el momento ninguna propuesta “realista” de Londres, afirmó el lunes el primer ministro irlandés Leo Varadkar en Dublín, durante una rueda de prensa conjunta con Johnson que realizaba su primera visita como jefe de gobierno al país vecino.
“Estamos abiertos a alternativas, pero deben ser realistas (...) No hemos recibido hasta la fecha ninguna propuesta de este tipo”, agregó.
“Tenemos tiempo” y “entusiasmo”
Johnson pidió a Bruselas eliminar del Tratado de Retirada la denominada “salvaguarda irlandesa”, un complejo mecanismo para evitar una nueva frontera en la isla de Irlanda que amenace al frágil acuerdo de paz que en 1998 puso fin a tres décadas de sangriento conflicto en Irlanda del Norte.
El ejecutivo británico propone reemplazarla por “arreglos alternativos” pero según sus socios europeos aún debe precisar qué consistirían.
“Si nos concentramos creo que podemos realizar un gran progreso”, afirmó Johnson en Dublín. “Presentaremos ideas, tenemos tiempo para hacerlo y lo abordaremos con mucho entusiasmo”, agregó.
La dimisiones se suceden en el gobierno de Johnson, en el poder solo desde hace siete semanas: el jueves renunció su propio hermano menor, Jo Johnson, alegando el “interés nacional” y el sábado lo hizo la ministra de Trabajo, Amber Rudd.
En ese escenario, nuevas elecciones podrían ayudar a revivirlo.
Sin embargo, la oposición, que lleva meses reclamando comicios, ve ahora el riesgo de que los votantes probrexit, exasperados con un proceso que dura ya más de tres años y debía haber terminado el pasado marzo, refuercen al Partido Conservador para que no tenga que pedir un tercer aplazamiento.
Y podrían, en su lugar, aceptar elecciones una vez que la prórroga haya sido pedida y a aceptada por la UE, porque esto llevaría a Johnson ante los elecciones después de haber roto su gran promesa de Brexit a toda costa.
Aplazamiento “innecesario”
Johnson repitió el domingo domingo que se niega a aceptar “cualquier aplazamiento innecesario” del Brexit, por el cual votó el 52% de los británicos en el referéndum en junio de 2016.
El jefe de gobierno “no tiene absolutamente ninguna intención” de pedir tiempo adicional en el Consejo Europeo del 17 y 18 de octubre, dijo el ministro de Finanzas a la BBC, Sajid Javid.
En este cuadro, la oposición teme que Johnson ignore la ley que bloquea una salida sin acuerdo -que solo espera la aprobación de la reina- y que el caso termine en los tribunales.
Todo nuevo aplazamiento deberá ser aprobado por unanimidad por los otros 27 estados miembros de la UE, y por el momento Francia no parece estar convencida.
El canciller francés, Jean-Yves le Drian, advirtió que en las “circunstancias actuales”, la respuesta de París sería “No”.