"Paren todo, ya me entregué”: así fue la detención de Ovidio Guzmán

28 de Noviembre de 2024

“Paren todo, ya me entregué”: así fue la detención de Ovidio Guzmán

Un video de tres minutos y cuatro segundos fue presentado por la Sedena, como parte de la cronología de lo que se vivió durante el operativo “fallido” en Culiacán

Con un video de 105 segundos se dio a conocer los primeros momentos de la detención de Ovidio Guzmán López quien, seis horas después, tras los enfrentamientos armados que generaron caos en Culiacán, Sinaloa, fue liberado.

A las 15:17, hora del Pacífico, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ingresaron a la cochera de la vivienda ubicada en José Muro Pico del Fraccionamiento Tres Ríos; una motocicleta y una camioneta blanca de modelo reciente, ocupan el lugar.

Mientras de fondo se escuchan balazos, se abre la puerta de color negra. “¡Hey, hey, levante las manos!”, dice uno de los oficiales. “No está armado, no está armado, no está armado”, se puede escuchar la voz de un hombre.

“Sal, sal”, le dicen los elementos a Ovidio, quien alcanza a asomar el rostro por la puerta. Una mujer de playera de rayas blanco y negro, se adelante y sale primero. “Vamos a arreglarnos”, pide Guzmán López.

“¡Sal, sal Ovidio! ¡Tranquilo, Ovidio! ¡Muéstranos las manos, hermano!”, se escucha en la grabación. La mujer abandona la casa e intenta que los elementos bajen sus armas, “tranquilos, tranquilos”, les dice.

El hijo de El Chapo luce tranquilo, toma con una mano la puerta y con la otra un celular. Viste una camisa azul claro, con los primeros botones abiertos; un escapulario y una gorra negra.

Otro joven de playera blanca aparece y se pone al frente de Guzmán López, mientras sale de la vivienda asegura “no está armado, no está armado”, refiriéndose al objetivo de las fuerzas federales.

Ovidio jala su brazo y lo regresa a la casa, mientras él da unos pasos a la salida. Atrás se alcanza a apreciar a otro hombre alto y de playera negra, aunque no se aprecia su rostro.

Ya sin el celular en la mano, alza ambos brazos, se quita la gorra y se aprecia en tomas, las fotografías que circularon en redes sociales el pasado 17 de octubre, sobre su detención. Su rostro se muestra angustiado.

“Hey, tranquilo, tranquilo”, dice la mujer mientras un soldado le pregunta si está armado. “Dile a tu gente que pare todo”, le pide uno de los agentes en voz baja. “Él no tiene nada que ver”, afirma mientras las autoridades sacan de la vivienda a los otros dos hombres y él se asoma al interior de la casa.

“Tranquila, tranquila”, le dice el elemento que porta la cámara a la mujer. “¿Qué pasa? Te estoy diciendo que ellos no saben nada”, le responde, mientras otro elemento pone su mano en la espalda de Ovidio y lo voltea hacia la pared.

Otro agente le da una palmada en la espalda, mientras lo hinca: “¡Pásale, pásale y arrodíllate!”, le grita. “Dile a tu jefe que paren todo. Ovidio, háblale a tu jefe que pare todo”, le dice el primer elemento que le entrega el celular.

Ovidio y los otros dos hombres son hincados de frente a la pared blanca de la vivienda. Mientras tres elementos los revisan, otros dos apuntan hacia el interior de la casa y la mujer trata de que bajen sus armas.

“No va a pasar nada, señora. Señora, ayúdeme, pásele por acá”, le piden a la mujer que responde que al interior “hay niños”; “no se preocupe, no va a pasar nada”, la intentan calmar.

“No somos delincuentes, no se preocupe”, le dice un soldado. “Es una casa, es un hogar”, responde ella con los brazos abiertos intentando calmar la situación.

Ovidio toma el celular y marca, un militar le pone la mano en el hombro: “tranquilo, tranquilo”, le dice; mueve la cabeza, se voltea y comienza su llamada. “¿tienes gente adentro?, le preguntan: “¡No, no tengo, son mis hijas!”, responde.

“Diles que paren todo”, le repiten. La cámara intenta tomar al interior de la cochera, se ven tres vehículos, todos blancos: un Jeep y una camioneta Mercedes Benz.

“Ya paren todo, ya paren todo, oiga, ya me entregué. Ya paren todo, por favor. Ya paren todo, ya tranquilos, ya ni modo. Díganles ya que se retiren. Pero ya díganles, ya, ya, ya no quiero pedos, ya, ya no quiero que, que, que haya desmadres. Ya no quiero que haya desmadres, por favor”, ordena al teléfono, mientras un elemento lo detiene con una mano en su estómago.

El video de tres minutos y cuatro segundos fue presentado por la Sedena, como parte de la cronología de lo que se vivió durante el operativo “fallido” de la detención de Ovidio Guzmán López.

https://twitter.com/EjeCentral/status/1189546493780213761

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