¿Ya se acabó la 64 legislatura?

18 de Diciembre de 2024

Jose Luis Camacho
Jose Luis Camacho

¿Ya se acabó la 64 legislatura?

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El Congreso de la Unión ha entrado en un nuevo receso. Legisladoras y legisladores, en medio de la pandemia, se trasladan a sus entidades federativas para guardar cauteloso cuidado ante la enfermedad y recargar baterías frente a las batallas que se avecinan, las cuales no forzosamente tendrán lugar en los salones de plenos, sino en el frente electoral.

El repunte de casos de Covid-19 y el dramático crecimiento de fallecimientos tienen temblando a la sociedad mexicana, mejor dicho, a gran parte de ella porque todavía hay sectores que reniegan la gravedad de la situación y no siguen los lineamientos básicos de cuidado como es el uso de cubreboca.

Pero las y los legisladores han sufrido en carne propia este virus y visto a varios de compañeros caer enfermos. De ahí que dentro de los efectos de la pandemia se encuentra que el Congreso tuvo que modernizarse y contemplar en su marco jurídico la realización de sesiones a distancia, con el objetivo de evitar contagios y riesgos.

Y así también opina la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri Riancho, al destacar la productividad que ha generado que la discusión se centre en propuesta de reformas y nuevas leyes y no en proposiciones con punto de acuerdo.

Sin duda, la 65 Legislatura del Congreso de la Unión será una muy diferente a la que todavía sigue en marcha.

Temas como la desaparición de fideicomisos, reconfiguración de la inmunidad constitucional llamada fuero y ratificación de ciertos nombramientos presidenciales fueron los que más debates provocaron en sendas tribunas legislativas, siendo los temas de salud, ayuda económica a empleadores y acciones de emergencia ante la sindemia las que brillaron pero por su ausencia.

Sin temor a equivocarme, la 64 Legislatura del Congreso de la Unión le ha quedado mucho a deber al pueblo de México, que hoy sufre la incertidumbre de su destino ante un Legislativo cuya mayoría optó por temas de menor importancia ante la realidad que sufre la sociedad y cuyos efectos aún no vislumbramos en toda su magnitud.

Y por si fuera poco, las y los actuales 500 diputados federales se encuentran en posibilidad de buscar la reelección consecutiva, para lo cual escribirán su carta a Santa Claus antes del 23 de diciembre, pidiéndole les traiga la reelección. Sin embargo, él no será el indicado para concedérselo.

Será cada uno de los partidos políticos nacionales quienes tendrán la última palabra al momento de definir qué diputadas y qué diputados podrán presentarse de nueva cuenta ante la ciudadanía para buscar de nueva cuenta su confianza.

Sin duda, no será sencillo que lo hagan pues el incumplimiento de numerosas propuestas de campaña es la constante en cada uno de los 300 distritos electorales federales, y el electorado lo sabe y lo está sufriendo.

Tal y como lo avizora la yucateca Dulce María Sauri, probablemente en marzo, aunque no los obliga la ley, numerosos diputados soliciten licencia para que sus partidos los postulen, lo cual podría generar ciertos desbalances al interior de las cámaras.

De ahí que probablemente el avezado Ricardo Monreal esté planteando la necesidad de realizar un periodo extraordinario en enero de 2021, pues a partir de marzo la actividad legislativa se colocará por detrás de las elecciones en las prioridades y por lo tanto, ya no se esperan grandes reformas ni acuerdos.

De no ser por unas cuantas semanas más de actividades, prácticamente el actual trienio legislativo está concluyendo, resultado negativo de la reelección legislativa consecutiva, la cual valdría la pena reconsiderar.