No es una ocurrencia ni mucho menos un empecinamiento que la autoridad electoral tenga en contra del partido en el poder, sino del mandato constitucional que desde 2007, sí, de esa reforma fruto de las elecciones presidenciales de 2006 y que fue diseñada en gran medida por la fuerza política que hoy gobierna, que el Instituto Nacional Electoral (INE) recibió la encomienda de supervisar que los procesos internos en cada uno de los partidos políticos nacionales para la selección de candidatas y candidatos se rigieran por reglas de equidad y transparencia.
Y así lo ha venido haciendo con todos los partidos políticos nacionales desde entonces, y 2021 no podía ser la excepción.
Tras la complicada elección presidencial de 2006 el primer tema de la agenda político-legislativa que los partidos políticos abordaron fue la democracia y el sistema electoral. Ello en el seno de la Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos del Congreso de la Unión (CENCA), creado exprofeso por la Ley para la Reforma del Estado como un órgano facilitador del diálogo y los acuerdos entre fuerzas encontradas.
Así, a lo largo de varios meses legisladores de diversas fuerzas políticas presentaron sus propuestas y detectaron los aspectos a regular, uno de ellos fue el de las precampañas y su fiscalización, pues la fuerza política que perdió las elecciones presidenciales de 2006 sostenía que el mayor reto que enfrentaba la democracia mexicana era el poder del dinero y su expresión más negativa en la disputa mercantil por más espacios en los medios.
De tal forma, se dio paso al tercer ciclo de reformas electorales, caracterizado por el alto al poder del dinero y su influencia en la política y las elecciones.
¡Ésa fue la razón de regular las precampañas y que cada día lo haga mejor el INE! ¿Quién puede estar en contra de ello?
Acto seguido, el Constituyente Permanente aprobó la reforma al artículo 41 constitucional y creó un órgano al interior del INE encargado de fiscalizar las precampañas y campañas electorales de TODOS LOS PARTIDOS POLÍTICOS NACIONALES, no de uno en particular que todavía ni existía.
En conclusión, la labor que realiza el INE es en bien de la democracia, pues garantiza equidad y transparencia, de otra forma, se abriría aún más la posibilidad de que dinero sucio sea el que defina candidatas y candidatos.
Ni un paso atrás en las conquistas ciudadanas. Que los partidos políticos cumplan en tiempo y forma con sus obligaciones constitucionales de rendir cuentas.
@jlcamachov