La oposición ha logrado lo que el oficialismo creía imposible: ponerse de acuerdo para privilegiar los intereses de la República y consultar directa e indubitablemente a la población para postular a la persona adecuada que sea la punta de lanza en la recuperación de la República.
Con grandes esfuerzos y una auténtica vocación de servicio, los tres principales partidos de oposición PRI, PAN y PRD han dejado atrás diferencias históricas para privilegiar sus coincidencias naturales y lograr aglutinar a la sociedad mexicana en torno a un gran frente.
El reto no es menor, pero los problemas que sufre México tampoco. Cada día surgen mayores retos ante la desatención e indiferencia gubernamental. Mientras el oficialismo sistemáticamente niega la existencia de problemas y cree que puedo ocultarlos bajo el tapete, la posición sale de frente, con potencia y está dispuesta a crear las respuestas que el pueblo de México exige con tono de urgencia.
Las reglas están puestas. No son resultado de una voluntad o del autoritarismo, sino del consenso no solamente entre los tres partidos, sino sobre todo con la sociedad civil organizada, que en conjunto han creado la maquinaria que permita garantizar que el abanderado presidencial opositor sea resultado de las urnas y de la vocación popular, y no del dedazo.
La mayoría de los aspirantes han estado de acuerdo, porque saben que quien congregue la mayoría de la voluntad mexicana requiere fuerza territorial y trabajo, nada regalado ni la mesa puesta. Con todo ánimo, voluntad, convicción y liderazgo están listas y listos para asumir riesgos y aglutinar la oposición en su persona.
Lamentablemente, hay quienes se han bajado de la contienda, los menos es necesario decir, conscientes que no tienen presencia territorial, que no son capaces de congregar el mínimo de 150,000 firmas en su favor y que no tienen el equipo para acompañar sus esfuerzos. Sin embargo, su trabajo y esmero se espera que se sume sin cortapisas ni regateos al gran proyecto opositor.
Por honor y congruencia, quienes se bajaron de la contienda porque no pueden, que contribuyan al proyecto y no critiquen lo que no pudieron enfrentar.
Las reglas no son trajes a la medida para nadie y quien pida un trato preferencial, es evidente que no es adecuado para defender a la República.
Éste es el momento de México y de la oposición con las auténticas y los auténticos líderes sociales y políticos. Ni más ni menos.
@jlcamachov