Estamos en la antesala de la lucha democrática más relevante en la historia moderna de México.
Son dos los proyectos de nación que están en juego y, sin duda, el destino de México.
En este contexto, los actores políticos se encuentran afilando su maquinaria, preparando reservas y proyectando a sus cuadros. Por supuesto que me refiero a los partidos políticos.
Mientras el PAN ajusta cuentas a su interior, el PRI no es ajeno a ello, sobre todo porque se está cobrando la factura a malos cuadros partidistas que solo están en las filas tricolores mientras tengan cargo y, una vez que han dado malas cuentas y demostrado su incapacidad, salen despotricando a diestra y siniestra, sin darse cuenta de que el que califica se califica.
Sin duda, el PRI ha sido el partido más afectado por la peste de los oportunistas, quienes han hecho mucho ruido al salir, pero, en realidad, poco han representado para este partido.
Alejandro Moreno ha sido el dirigente más atacado y señalado por esos oportunistas como la causa de su salida, sin embargo, ha quedado en claro que en realidad la culpa es de su ambición, incapacidad y falta de oficio político.
La limpia ha empezado, y que bueno, para que los militantes de a deveras ocupen los espacios de representación popular.
@jlcamachov