La tragedia que sigue sucediendo en Guerrero es de consecuencias aún insospechadas. La fuerza con que el huracán Otis azotó a la costa guerrerense ha provocado estragos sin precedentes en la historia nacional.
Miles de familias se han quedado sin nada, al tiempo que la magnitud de la crisis sanitaria y económica va creciendo.
A pesar de esta cruda realidad, en el presupuesto que acaba de aprobar la mayoría de la Cámara de Diputados federal no se contempla un solo centavo para la ayuda y reconstrucción de Guerrero. El lema de primero de los pobres ha quedado en eso, un lema.
Mientras los gobiernos estatal, municipal y federal se consuelan con mirar, han sido otros los actores políticos que han puesto todo de su parte para tratar de remediar un poco la situación. Tal es el caso del senador Manuel Añorve Baños, coordinador del grupo parlamentario del PRI en el Senado y quien fuera dos veces presidente municipal de Acapulco.
Conocedor como pocos de la realidad de su estado, así como de sus necesidades, el guerrerense de inmediato enfiló baterías hacia la zona más afectada por el huracán Otis y se puso a recorrer las colonias populares y las zonas rurales, con la intención de conocer la magnitud de los hechos y desde su escaño en el Senado, tratar de gestionar con las autoridades federales y locales la solución a las numerosas necesidades de sus paisanos.
No son pocas las exigencias sociales, pero tampoco es poca la voluntad de Añorve por tratar de solucionar y de remediar el hambre y la sed que en este momento sufren miles de guerrerenses.
Como balde de agua fría, ha caído el aviso del fin de la declaratoria de emergencia en los municipios guerrerenses, anunciado por las autoridades de protección civil de la Secretaría de Deguridad y Protección Ciudadana, con lo cual cancelan cualquier posibilidad de que autoridades municipales pidan el auxilio directo de las autoridades federales. No sabemos bien a bien cuál es la intención de haber emitido este aviso tan irresponsable y poco apegado a la realidad, pero lo que sí sabemos es que las consecuencias serán funestas para el Estado de Guerrero.
Como todo en la administración pública federal, se actúa sin diagnóstico y sin estudios precisos sobre la realidad social, y sólo se responde a creencias y prejuicios que mucho daño han ocasionado a la sociedad.
Frente a esta realidad, el senador Manuel Añorve Baños se crece ante la magnitud de los hechos y con su capacidad política, que no es poca, trata de responder a las necesidades sociales y conjuntar voluntades en favor de su estado.
@jlcamachov