El papa Francisco despidió hoy por última vez a su predecesor Benedicto XVI, fallecido el sábado a los 95 años, durante un solemne funeral celebrado ante miles de fieles y personalidades de todo el mundo congregados en la plaza de San Pedro.
“Benedicto (...) que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente y para siempre la voz del Señor”, suplicó el Papa durante la misa presidida desde una silla de ruedas.
En el último adiós, Francisco destacó la “sabiduría, delicadeza y entrega” de Joseph Ratzinger, poco antes de que el féretro fuera transportado al interior de la basílica de San Pedro para su sepultura.
El pedido del Papa argentino fue lanzado ante el sencillo ataúd de madera donde yacía el cuerpo de Benedicto, con una copia de los Evangelios y colocado en el atrio de la basílica.
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La presencia de un papa en el funeral de su predecesor es algo inédito en la historia reciente de la Iglesia.
Francisco estaba rodeado por cinco cardenales en el altar instalado en el atrio que domina la inmensa explanada.
Al término de la ceremonia, de pie, y ayudado por su bastón, el papa Francisco bendijo el ataúd y lo tocó con su mano para despedirlo.
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