La Semana Santa suele ser un tiempo de reflexión para los católicos, pero al papa Francisco le ha dado nuevos bríos. Tras haber sido dado de alta del hospital Gemelli, en Roma, por una crisis respiratoria, el sábado 2 de abril, el pontífice retomó sus actividades previo a una de las celebraciones más importantes del calendario litúrgico.
Apenas habían pasado cerca de 24 horas cuando el papa Francisco presidió la misa del domingo de Ramos. Ante una multitud de miles de fieles, y con la asistencia de otros altos miembros de la jerarquía católica, el Papa celebró los ritos católicos que dan pie al inicio de la Semana Santa.
Y si bien sus actividades han estado limitadas desde ese domingo, será a partir de mañana que el Papa vuelva a la carga, con la celebración de la misa de jueves Santo, en la que se recrea el lavado de pies de Jesús a sus discípulos; una acción replicada cada año por el máximo representante de la iglesia católica.
En esta ocasión, el Vaticano dio a conocer que este jueves, Francisco realizará el tradicional lavado de pies a jóvenes privados de su libertad en la cárcel romana de Casal del Marmo; un lugar en el que ya había realizado este ritual en 2013.
La ceremonia, que simboliza la vocación de servicio y amor al prójimo del Papa, se llevará a cabo sin la presencia de fieles, pero será transmitida en directo a través de los canales oficiales del Vaticano por la noche.
Tras el lavatorio de pies, el pontífice tendrá unas pocas horas de descanso, y deberá estar listo para presidir el viernes la celebración de la Pasión en la Capilla Papal de la Basílica de San Pedro, la cual es la liturgia más importante del año para la fe católica.
La agenda papal continuará con su asistencia a la representación de la Pasión, la cual incluye un vía crucis que se prolongará por espacio de varias horas es las calles de Roma, seguido de las celebraciones del sábado Santo y domingo de Resurrección, que constan de misas y vigilias, entre otras acciones, y que finalizan con la bendición “Urbi et Orbi”, la cual pone fin a uno de los periodos de más actividad católica.
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