Papa cuestiona codicia y voracidad humana en misa de Nochebuena
En su sermón Francisco lamentó que para muchos el sentido de la vida sea acumular; lo que la alimenta es amor y caridad, dijo
CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco criticó fuertemente el lunes por la noche la “voracidad consumista” de la humanidad, y pidió reflexionar sobre el sentido espiritual de sus vidas y el hecho de compartir con los más pobres, en su homilía de Nochebuena. Desde el altar mayor de la Basílica de San Pedro, ante miles de personas incluidos 25 obispos, 350 sacerdotes, diplomáticos y fieles en general, sostuvo que “el cuerpecito de un niño indefenso” es capaz de proponer un modelo de vida nuevo: no devorar y acaparar, sino compartir y dar. “Ante el pesebre, comprendemos que lo que alimenta la vida no son los bienes, sino el amor; no es la voracidad, sino la caridad; no es la abundancia ostentosa, sino la sencillez que se ha de preservar”, afirmó el papa. “El hombre se convierte en ávido y voraz. Parece que el tener, el acumular cosas es para muchos el sentido de la vida”, agregó Francisco, jefe de mil 300 millones de católicos en el mundo, ante decenas de miles de fieles congregados como cada año en la basílica de San Pedro de Roma. “Una insaciable codicia atraviesa la historia humana, hasta las paradojas de hoy, cuando unos pocos banquetean espléndidamente y muchos no tienen pan para vivir”, puntualizó. Francisco dijo que “se debe superar la cima del egoísmo” y “es necesario no resbalar en los barrancos de la mundanidad y del consumismo”. Recordó que el nombre Belén, la localidad palestina donde nació Jesús, significa “casa del pan”. De allí, aseguró que ese pequeño tenía como destino convertirse “en alimento para toda la humanidad. "¿Necesito verdaderamente tantas cosas, tantas recetas complicadas para vivir? ¿Soy capaz de prescindir de tantos complementos superfluos, para elegir una vida más sencilla?”, preguntó el Papa e invito a los católicos a cuestionarse al respecto. Ningún texto del Nuevo testamento precisa el día y la hora del nacimiento de Jesús de Nazareth. Su celebración el 25 de diciembre en la tradición cristiana fue escogida en el IV siglo en Occidente. (Con información de AFP) EC