El presunto uso de jeringas reusadas por un pediatra de Ratodero, Pakistán, habría provocado un brote de VIH que ha afectado al menos 900 niños menores de 12 años en esa ciudad.
En abril de 2019 el periodista local Gulbahar Shaikh documentó el brote. Posteriormente, funcionarios llegaron a Ratodero a investigar qué estaba pasando. Coincidió que muchos de los menores infectados asistían con el mismo pediatra Muzaffar Ghanghro.
Imtiaz Jalbani, obrero y padre de seis hijos, de los cuales cuatro dieron positivo a pruebas de VIH, señaló que fue testigo de que Ghanghro buscó en la basura una jeringa para inyectar a uno de sus hijos. Cuando él le reclamó, el pediatra contestó: “Si no quieres mi tratamiento, ve con otro médico”.
Ghanghro fue arrestado y acusado por la policía de negligencia, homicidio involuntario y provocar daños no intencionados. Sin embargo, aún no lo han sentenciado y él sigue insistiendo que es inocente.
Desde que se detectó el brote, 1112 personas han sido detectadas como positivas a VIH, pero funcionarios temen que el número real de infectados sea mucho mayor pues no toda la población se ha realizado la prueba.
De 2010 a 2018, el número de personas seropositivas en Pakistán casi se duplicó, hasta alcanzar la cifra aproximada de 160.000, de acuerdo con cálculos de ONUSIDA.
Ratodero es una ciudad de Pakistán con 200 mil habitantes cuyos residentes se encuentran entre los más pobres del país y tienen altas tasas de analfabetismo. NR