Es considerado uno de los mejores sistemas de defensa, pero no es invulnerable. Y fue precisamente una de sus pocas fallas lo que aprovecharon los miembros del grupo Hamás para atacar el territorio israelí y matar a varios cientos de personas.
Si bien el “domo de hierro” es capaz de interceptar proyectiles en pleno vuelo, su capacidad es limitada; y ante los cerca de cinco mil cohetes lanzados casi simultáneamente desde la Franja de Gaza, fue poco lo que pudo hacer.
Para llevar a cabo el ataque registrado el sábado pasado, los miembros del grupo Hamás prepararon el plan por casi un año; parte importante de su objetivo fue engañar a la inteligencia de Israel. Por este motivo construyeron un centro de entrenamiento que aparentaba ser un asentamiento israelí, y a lo largo de varios meses, hicieron creer a los oficiales de seguridad que no estaban interesados en un enfrentamiento a gran escala. Dejaron a los guardias israelíes confiarse.
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La velocidad fue otro factor clave para el grupo Hamás. A los misiles se sumó un número considerable de milicianos, que a pie y por parapente atravesaron las barreras israelíes con el fin de matar y secuestrar a quienes se encontraran. En pocos momentos, y aprovechando la confusión, lograron su propósito e incluso pudieron regresar a Gaza con sus prisioneros.
Asimismo, la estrategia jugó un papel muy importante. Los principales objetivos fueron puestos clave como el paso fronterizo de Erez. Se trata de un puesto que cuenta con una una base militar en la que capturaron a soldados y miembros del servicio de Inteligencia. También tomaron momentáneamente la principal base del Ejército israelí del área de Gaza.
Y aunque la incursión fue rápidamente contrarrestada, los efectos psicológicos aun juegan a favor del grupo Hamás, ya que muchos de los israelíes han perdido la confianza en su casi infalible sistema de seguridad, lo que podría repercutir en el futuro.
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