“Pablo Escobar fue un talento perdido, extraviado”, dice Benicio del Toro, quien encarnó al capo colombiano de la droga en su último filme, recién estrenado en el Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, donde el actor puertorriqueño ha sido distinguido con el premio Coral de Honor.
El actor, habitual de esta cita cinematográfica en La Habana, señaló en rueda de prensa que la cinta “Escobar: Paraíso perdido” le sirvió para conocer una faceta desconocida del personaje, la de un hombre “muy familiar” que tenía un “talento inmenso para muchas cosas”, pero que “cogió por la calle que no era, una triste y horrible”.
“Antes de la película yo sólo conocía de él su parte de maleante, de gángster de la cocaína”, señaló Del Toro, quien tuvo que engordar varios kilos para meterse en la piel de este personaje. Aunque confiesa que lo más difícil del papel fue dominar el acento “paisa”, propio de la región de Antioquia (Colombia), donde campó a sus anchas en los años ochenta el sanguinario Cartel de Medellín, liderado por “El Patrón” de la droga Pablo Escobar. [su_pullquote] Del Toro, habitual del Festival de La Habana donde se ganó al público cubano con sus trabajos sobre “Che”, ha sido distinguido en esta edición con el Coral de honor, por haber construido una carrera sólida, con personajes inolvidables y ser una de las figuras más representativas de su generación, sin perder nunca su conexión con Latinoamérica a pesar de haber triunfado en Hollywood [/su_pullquote]
A sus 47 años, el puertorriqueño, que despegó a mediados de los años 1990 con la cinta “Usual Suspects” de Bryan Singer, es comparado con frecuencia con grandes figuras del cine estadounidense como Marlon Brando y Robert de Niro, por sus convincentes actuaciones.