Oxidación del cerebro, detrás de la Covid larga

23 de Diciembre de 2024

Oxidación del cerebro, detrás de la Covid larga

Los males 
neurotóxicos propician el surgimiento de fatiga
 crónica,
depresión y ansiedad, alerta estudio

La gravedad de los síntomas neurológicos como fatiga crónica, depresión y ansiedad después de haber padecido la versión persistente de Covid-19 tiene que ver con la respuesta inmune y la inflamación asociadas, pero también a los indicadores de oxidación en el cerebro. Este avance podría conducir al desarrollo de terapias contra estos problemas que para algunas personas han durado ya dos años.

En muchos casos, la Covid larga o persistente se caracteriza por elevaciones simultáneas de depresión (más sentimientos de culpa, ideación suicida, pérdida de interés), ansiedad (más tensión y miedos), fatiga crónica y síntomas físicos como los gastrointestinales, malestar general y dolor muscular.

Según una investigación publicada hoy en la revista Nature, alrededor del 60% de la variación en estos síntomas neuropsiquiátricos se explican por las mediciones sobre la oxidación en el cerebro, una baja oxigenación de la sangre y por la reacción inmune.

El metabolismo de nuestra células normalmente produce sustancias altamente reactivas (llamadas radicales libres) que suelen tener átomos de oxígeno y son tóxicas, razón por la cual, tenemos un sistema antioxidante incorporado que mantiene a raya a estas sustancias.

Los autores del estudio, de las universidades Islámica Najaf (en Irak) de Chulalongkorn (en Tailandia), encontraron que en la Covid persistente se producen más radicales libres que generan afectaciones neurotóxicas y se entorpecen partes importantes del sistema antioxidante. Más aún, demostraron que este desequilibrio es un componente clave de la Covid persistente .

Esta conclusión está respaldada porque, desde antes de la pandemia de Covid-19, se ha comprobado que los tratamientos con ciertos antioxidantes seleccionados mejoran los síntomas de depresión, ansiedad y fatiga crónica.

Desafortunadamente, también se sabe que el estrés oxidativo, a largo plazo, está implicado en la progresión de enfermedades neurodegenerativas como las de Alzheimer, Parkinson y otras.